Cuadro de elaboración propia a partir de datos de la Johns Hopkins University, Wikipedia y Ministerio de Sanidad
El Gobierno intenta culpar al Turismo de la situación española en la comparativa internacional de la pandemia que ha ocasionado el COVID-19. El otro día lo hizo el Ministro Alberto Garzón, malagueño y diputado por Málaga, para más señas. “El Turismo, dijo, es un sector estacional, precario y de bajo valor añadido”. El resucitador Fernando Simón culpa al Turismo de nuestros males durante la pandemia: demasiados visitantes.
El ataque no es baladí. La presa elegida, el Turismo, no es casualidad. Es alrededor del 15% del PIB y del empleo en España. Probablemente es el sector que se verá más afectado y por más tiempo por culpa de la pandemia. Frente a otros sectores, es el que de modo más claro no se ha cerrado para volverse abrir, como si casi no hubiera pasado nada, al día siguiente de dar por finalizada la crisis sanitaria. Así que el Gobierno necesita convencer a la opinión pública de que mejor así: sanos pero pobres. Que la crisis económica nos afecte más que al resto del mundo no es por culpa del Gobierno, es por culpa del turismo, de que somos uno de los países con más tránsito del mundo. Ese es el mensaje.
En el triste ranking de fallecidos, España ocupa el primer lugar, seguido por Italia, Reino Unido, Francia y Estados Unidos
Algo así, como los ataques a Madrid, que ya no se basan simplemente en la gestión de Ayuso sino en la misma existencia de Madrid. Recuerden a Rafael Simancas: si no estuviera Madrid, los números (del coronavirus) serían otros. ¡Claro! Y si no existieran París, Nueva York o Londres, los números de los respectivos países donde están serían mejores y si toda España sólo fueran las islas de El Hierro y La Gomera (únicos territorios en fase 2) los números serían buenísimos. Pero ustedes cuando tomaron el Gobierno, lo tomaron con Madrid y el Turismo y tenían que gestionarlo con Madrid y el Turismo.
De Barcelona, no decimos nada, ni del País Vasco, no vaya a ser que se enfaden los nacionalistas, porque los números no son nada buenos tampoco. ¿Y por qué no son buenos en estas tres regiones, precisamente? Pues por la alta densidad de población. Pero ya saben, para los comunistas, el problema es que la realidad no se comporta como debe, porque si los españoles estuvieran bien distribuidos por todo el solar patrio y los turistas fueran los que debían ser y se repartieran por España de manera proporcional a la superficie, todo sería mucho mejor. La culpa es de la realidad que no les hace caso. Me parece que en septiembre, cuando los efectos económicos de todo esto se hayan desplegado totalmente, va a ser difícil convencer a los españoles de todo esto.
En cualquier caso, hay un claro plus de mal gobierno, le guste o no al actual gabinete. España es el segundo país que más visitantes recibe del mundo. En el ranking (ver cuadro) de los diez primeros países que más visitantes reciben del mundo, España es la que más infectados y fallecidos por millón tiene. Les pasamos los datos, que ofrecen las siguientes, y trágicas, consecuencias: España tiene más infectados y más muertos que los cinco países con más tránsito del mundo: EEUU, Italia, Reino Unido, Francia y España.
En el más triste ranking de todos, el de fallecidos, España ocupa, otra vez, el primer lugar, esta vez seguido por Italia, Reino Unido, Francia y Estados Unidos.
En el ranking de países con más infectados por coronavirus, España vuelve a ser el primero, seguido por EEUU, Italia, Reino Unido y Francia.
Y si comparamos con la medida de los diez países más afectados… entonces aún salimos peor.
¿Y respecto a la media mundial? Entonces resulta que multiplicamos 14,62 los fallecidos por millón de habitantes y por 9,68 los infectados por coronavirus.
En el ranking de países con más infectados, España también es el primero seguido por EEUU, Italia. Reino Unido y Francia
Señor Sánchez es usted el más tonto de la clase. Encima, no presuma de eficaz porque su incompetencia y su negligencia tienen algo que ver -algunos pensamos que mucho- con el hecho de que en España hayan muerto 45.000 personas (que no 27.000). En cualquier caso tras demostrar que España sufre el triste sino de ser el epicentro mundial de la pandemia produce escalofríos escucharle presumir de haber salvado 300.000 vidas. Eso, presidente Sánchez, ya da un poquito de asco. Y ver cómo se convertido en uno de los nuevos eslóganes de Moncloa provoca aún más repugnancia y unas pocas náuseas.