- O sea, que hacer escarnio de la redención con un drag queen disfrazado de Cristo y de la Santísima Virgen no resulta ofensivo para los cristianos.
- El artículo 510 del Código Penal, tantas veces utilizado contra la 'homofobia', no le sirve a la Fiscalía.
- Artículo que recoge los delitos de odio contra la discriminación o violencia por raza, ideología, religión, sexo…
- ¿Qué hubiese ocurrido si se hubiera tratado de la mofa de comportamientos homosexuales o de la violencia de género?
- Parece que la libertad de expresión es infinita para los defensores de lo políticamente correcto.
- Y mientras tanto, Moncloa calladita. Don Mariano sólo se ocupa de cuestiones importantes.
Sorprende la actuación de la
Fiscalía de Las Palmas en el asunto de la
blasfemia de Canarias, por lo que asistimos al tercer capítulo del
cinismo del PP. Recuerden que dicho órgano judicial
se pensó mucho abrir diligencias, pero
tuvo que hacerlo cuando Abogados Cristianos presentó denuncia. Y ahora, una semana después de esto, la ha archivado, al considerar que
la blasfemia no tenía ánimo de ofender.
O sea, que hacer escarnio de la redención con un
drag queen, Drag Sethlas (
en la imagen), que
disfrazado de Cristo y de la Santísima Virgen no ofendió a los cristianos. ¡Increíble! Por tanto, no hubo delito contra el artículo 525 del Código Penal contra los sentimientos religiosos, según la Fiscalía de Canarias.
Sin embargo, el
artículo 510 del Código Penal, tantas veces utilizado contra la 'homofobia', no le sirve a la Fiscalía. Como saben, dicho artículo recoge los
delitos de odio (o mal llamados 'delitos de odio,
según el sociólogo Amando de Miguel) contra la discriminación o violencia por raza, ideología,
religión, sexo…
Por tanto, estamos ante un nuevo episodio de que, triste e injustamente, en España ir contra la ideología de género
es mucho más grave que ofender a los cristianos. Así lo demuestran varios casos: robar formas sagradas para profanarlas en una exposición (recuerden a
Abel Azcona), entrar en una capilla universitaria desnuda de cintura para arriba y gritando "¡arderéis como en el 36!" (véase el caso de
Rita Maestre) o disfrazarse de Virgen y crucificarse como Cristo para ganar el certamen drag queen del
Carnaval Las Palmas de Gran Canaria (eso hizo
Drag Sethlas).
Y mientras tanto,
Moncloa calla. ¿Qué hubiese ocurrido si hubiese sido una mofa de comportamientos homosexuales y de la violencia de género? Seguramente, una gran revolución y una gran agilidad judicial (recuerden que la Fiscalía tardó horas en 'empitonar' el autobús de la asociación Hazte Oír).
En el contexto actual parece que la
libertad de expresión es infinita para los defensores de
lo políticamente correcto, pero tiene límites muy estrictos para el resto. Así, lo demuestran los ataques al bus de Hazte Oír, o que se desconvocara un debate sobre la libertad de expresión en la Facultad de Derecho o los insultos que se produjeron en la #ManifestaciónPorLaLibertad del pasado domingo. Parece que algo falla en la balanza…
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com