- Gaspar Anabitarte, representante de la COAG, explica a Hispanidad que fue la "traca final": hundió el precio de la leche primero en España y luego en Europa.
- En nuestro país hay diversos precios: "son mejores en el sur y en el este que en el norte y el oeste". La media ronda los 0,26 euros/litro, pero la de los costes de producción es de 0,33 euros/litro.
- Así, muchas explotaciones no resultan rentables. En la actualidad existen entre 16.000 y 17.000, pero hace diez años había casi el doble (31.062).
- Por ello, sería bueno un "sistema de precios que cubriera los costes de producción y evitara que cada uno pueda hacer lo que quiera". España pide subir el precio de intervención, pero Bruselas se niega.
- Paralelamente, Competencia autoriza a las cooperativas Capsa y Leche Celta para que fusionen sus marcas blancas, bajo el nombre de Iberleche.
En estos momentos, la
crisis láctea está más de actualidad que nunca y urge encontrar una solución lo antes posible. Y es que este asunto no sólo está sobre la mesa de la ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina, sino también en las de sus homólogos europeos y en la de Bruselas. Pero en todo este lío, el responsable del sector lácteo de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG),
Gaspar Anabitarte, tiene una cosa bastante clara: "Europa no va a reconocer que el
final de las cuotas ha sido un desastre".
Recuerden que las cuotas lácteas desaparecieron el pasado 31 de marzo, tras llevar más de tres décadas en vigor en Europa. Una medida puesta en marcha para controlar la producción, con la que lograban estabilizar precios e ingresos de los productores al mismo tiempo que ayudaban a mantener la actividad de las regiones menos competitivas. El adiós a las cuotas fue la "traca final", según afirma Anabitarte a Hispanidad, que "hundió el
precio de la leche primero en España y luego en Europa".
Y es que hace unos meses, con motivo del Día Mundial de la Leche, Anabitarte nos relató que en nuestro país el sector lácteo es deficitario porque
se consume más de lo que se produce (unos 6,5 millones de toneladas) y estamos obligados a importar leche (el 30% de la que consumimos ni más ni menos). Además, tras el fin de las cuotas, quien decide cuánto recoge de cada productor es
la industria láctea y esto no es baladí porque más del 50% está en manos francesas.
A este panorama se unen las dos realidades de España: de la mitad de Castilla hacia abajo hay "producciones intensivas cerca de centros de gran consumo, como Madrid, Valencia y Sevilla", pero en el norte son más bien "cooperativas, con menos producción por productor y una recogida algo más complicada". Y a esto se une el 'dumping': algunas empresas ponen un precio más barato a su leche exportada que los costes de producción españoles, intentando así sacar de la competencia a las compañías locales.
Respecto a los precios, ahora en nuestro país hay un escenario bastante diverso: los peores se sitúan entre los 0,22 y los 0,20 euros/litro, mientras que los mejores están en 0,32 y 0,33 euros/litro. "Son mejores en el sur y en el este que en el norte y el oeste", señala Anabitarte, ilustrando las dos realidades españolas. Según él, la media ronda los 0,26 euros/litro.
Sin embargo, los
costes de producción son bastante superiores, pues se sitúan de media en los 0,33 euros/litro. Así, muchas explotaciones lecheras no son rentables. Y es que en nuestro país existen en la actualidad entre 16.000 y 17.000 explotaciones, pero hace diez años había casi el doble (31.062).
La situación en
Francia es algo distinta, pues el coste de producción es más bajo que en España: "allí los ganaderos están cabreados porque no ganan, pero aquí estamos arruinados", afirma Anabitarte. Y es que mientras en el país vecino ha habido un "desarrollo ordenado" del sector lácteo, en España se ha dado "una catástrofe total, ha valido todo y ha sido pura anarquía".
Por ello, sería bueno un "sistema de precios que cubriera los costes de producción y evitara que cada uno pueda hacer lo que quiera". Anabitarte es partidario de que se aumente el precio de intervención de forma acorde a los costes e inmediatamente después hablar del control de la producción para no inundar de leche el mercado.
En su opinión, dicha subida mejoraría algo la situación actual. Incremento que respalda García Tejerina, pero no el comisario de Agricultura,
Phil Hogan, que quiere preservar "la orientación del mercado", es decir, el juego de la oferta y la demanda. El político irlandés ha comentado que el sector lácteo europeo "probablemente ha contribuido" a una
sobreoferta en el mercado mundial al aumentar su producción, algo que también ha hecho EEUU. Pero hay
menos demanda: ha bajado en China y además se ha cerrado el mercado ruso -importador del 10% de los productos lácteos a nivel mundial y primer comprador para la Unión Europea-.
Están a punto de comenzar las reuniones de las autoridades. A primera hora de la tarde del viernes, García Tejerina se reunirá con sus homólogos de Francia, Stéphane Le Foll, de Italia, Maurizio Martina, y de Portugal, Assunçao Cristas. Un prólogo con cuatro actores del consejo extraordinario de ministros de Agricultura de la UE que se celebrará el 7 de septiembre. Sin embargo, las protestas empezaron el pasado lunes con la
Marcha Blanca, protesta impulsada por varias organizaciones agrarias (Asaja, Uccl y Ugal-Upa) que está recorriendo varios puntos de nuestra geografía y llegará a Madrid el 4 de septiembre.
Paralelamente, Competencia ha autorizado a las cooperativas Capsa y Leche Celta -integrada en la cooperativa portuguesa Lactogal- para fusionar sus negocios lácteos de
marca blanca, bajo el nombre de Iberleche.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com