- Coca-Cola European Partners ganó 210 millones en el primer semestre.
- Admite el impacto en los resultados de la debilidad del consumo.
- En bolsa tampoco ha brillado desde su debut en mayo, tras el susto del Brexit.
- Y en España, marea la perdiz con el futuro de la planta de Fuenlabrada.
Coca-Cola European Partners (CCEP) no pudo estar contenta con su
salida a bolsa, en mayo, ni tampoco por los primeros resultados tras ese debut: su
beneficio en el primer semestre cae un 11%, hasta 210 millones de euros. Eso sí, anuncia el pago del primer
dividendo bruto de 0,17 euros, según los
resultados comunicados a la CNMV.
En sus primeros compases en el mercado, el valor en bolsa de sus títulos pasó de 35,95 euros a 30,57 euros, más de un 9%, y ahora está en 36,3% (hoy sube un 1%). En otras palabras, prácticamente al mismo nivel que entonces.
No ha cumplido con las previsiones de los analistas, demasiado optimistas. La incertidumbre vino del
Brexit, teniendo en cuenta que el 20% de su facturación depende del Reino Unido.
No obstante, la
megaembotelladora europea, en la que
Coca-Cola Iberian Partners (CCIP) tiene un 34%, ha mejorado sus
ingresos, un 10,5% en el semestre hasta 3.542 millones, gracias a la incorporación de las embotelladoras alemana e ibérica en el segundo trimestre. Los ingresos en su división ibérica aumentaron un 1,5%. En la imagen, la presidenta de CCIP, la española
Sol Daurella, junto a
Muhtar Kent, presidente y Ceo de la marca de Atlanta, y
John Brock, Ceo de la
megabotelladora europea.
Desde el grupo reconocen que en los resultados está
"el impacto continuado de un entorno de consumo débil y desafíos económicos persistentes". Y así, el
beneficio operativo contable semestral se redujo de 381 a 314 millones de euros entre el semestre del 2015 y el de este año.
Con todo, la embotelladora insiste en su objetivo de lograr un ahorro anual por
sinergias de entre 315 millones de euros y 340 millones, pero no será hasta dentro de tres años, mediados de 2019.
Otra cosa es la situación en España, donde
Coca-Cola se ha dedicado a
marear la perdiz en la planta de Fuenlabrada. El último anuncio ha sido la creación de otra estructura para que el centro logístico funcione como tal. Pero eso es inseparable a los 31 meses de pesadilla para la plantilla desde el anuncio del
ERE, tumbado después por la
Audiencia Nacional. Esa fábrica sigue sin convertirse en el centro logístico prometido y sin apenas carga de trabajo.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com