- Logra mejorar las ventas (1,4%) y reducir un 27,2% los números rojos, a pesar de las desinversiones.
- Los cambios en la dirección se notan en el último trimestre con un Ebitda positivo de 1,04 millones.
- Pero sigue sin consejero delegado por las discrepancias entre Domínguez (31,5%) y el Puig (14,8%).
Mejoran algo las ventas y los márgenes, con un punto de alegría en las
pérdidas, que se reducen un 27,2%, hasta 12,31 millones de euros. Es la síntesis de los resultados de la compañía textil
Adolfo Domínguez en al cierre del su
tercer trimestre del ejercicio fiscal (enero-noviembre),
presentados este viernes a la CNMV.
Los resultados siguen en la lógica de una empresa en
reestructuración -tras años de pérdida de rentabilidad-, mientras intenta sobrevivir con
desinversiones (ventas de activos y cierre de tiendas).
Hasta el tercer trimestre, ha cerrado otros 35 centros, hasta 521 (sobre todo en régimen de
franquicia) pero a diferencia de otros periodos no han impactado tanto en las
ventas, que suben un 1,4% (73,05 millones) y mejoran el
Ebitda (resultados brutos de explotación) un 24,9%, aunque sigue en negativo en 8,79 millones.
Las cifras mejoran especialmente en el último trimestre, con un aumento de las ventas del 6,1% y un
Ebitda positivo de 1,04 millones. A juicio de la empresas, están relacionadas con el nuevo equipo y líneas de gestión, tras la salida, en agosto, de los representantes del
grupo Puig en el Consejo de Administración,
José Luis Nuevo y
José María García-Planas, a quienes sustituyeron
Adriana Domínguez, hija del diseñador y ejecutiva de la firma, y
Juan Manuel Fernández Novo.
Es el trasfondo de otro frente de los problemas en Adolfo Domínguez, que muestras las diferencias entre el propio
Domínguez (31,5%) y el accionista de referencia, la firma de perfumes
Puig (14,8%). Se remonta a 2015 y provocó el cese del Ceo,
Estanislao Carpio, cargo sigue vacante.
La cara amable de las cuentas está en la mejora de la
posición financiera neta, que sigue en positivo (2,1 millones de euros frente a -19,4 millones en el periodo anterior), tras el giro copernicano en el trimestre anterior (negativo a positivo), que ha sido posible gracias a la amortización de la deuda financiera tras la venta de inmuebles emblemáticos.
Rafael Esparza