- Los hermanos Riberas han dado la espantada al comprobar que Abengoa estaba mucho peor de lo que pensaban.
- La contestación de los bancos a la última propuesta de KMPG queda anulada. Tenían 15 días para ello y sólo han pasado 7.
- Abengoa se desploma en Ibex, índice del que es expulsada, y vuelve al punto de partida -con un final más incierto- sobre su viabilidad, la ampliación y la sangría de la deuda.
- La solicitud de preconcurso de acreedores es sólo un paso intermedio: despeja poco el problema medular.
- Lo ocurrido lanza un inquietante aviso a navegantes en todo el sector de las renovables.
Vaya por delante que ha sido
Gestamp, de los hermanos
José y
Francisco Riberas, la que ha roto las negociaciones para entrar en
Abengoa, no los bancos acreedores. Se insiste en la prensa, este miércoles, que como los vascos no han conseguido el apoyo financiero y las líneas de crédito que reclamaban para inyectar sus 350 millones, desisten de su
aventura a través de su filial
Gonvarri.
La realidad va más bien por otro lado y se lo explicó muy rápido, al margen de que Abengoa, está claro, queda abocada, de momento, a un
preconcurso de acreedores. Es verdad que en las negociaciones entre Gestamp y los bancos acreedores, las dos partes habían rechazado las posturas extremas, que intentaban conciliar a través de la negociación. Pero esas conversaciones no acabaron ayer, como quien dice, sino que tenían un plazo. Y lo que ha hecho Gestamp es, lisa y llanamente, retirarse del campo de juego antes de que acabe el partido.
Dicho de otro modo, había una propuesta sobre la mesa, la que presentó KPMG el martes de la semana pasada, 18 de noviembre, en la que se contemplaban
tres escenarios distintos para el problema, enorme problema, de la deuda de Abengoa.
La banca disponía de 15 de días para examinar la propuesta y dar una contestación. Pero antes de que todo eso haya llegado a algún tipo de puerto, Gestamp ha optado por retirarse y decir adiós a la compra del 28% de la empresa andaluza. O sea, la venta de activos por 400 millones y la aportación de nuevos créditos por 1.000 millones, a escote, queda anaulada.
En plata, Gestamp
ha encontrado demasiadas trampas en las cuentas de Abengoa, ha comprobado
in situ que la empresa está mucho peor de lo que parece -algo que cambia esencialmente todos sus planes en la energética- y ha decidido dar la espantada antes de tiempo. ¿Para qué seguir discutiendo con los bancos si todo pinta bastante peor de lo que imaginaban?
Y a partir de ahí, llega lo siguiente. Es inevitable. A Abengoa no le queda otra que pedir el preconcurso de acreedores.
Es lo que ha
ha confirmado a la CNMV, señalando que lo solicitará "a la mayor brevedad". ¡Qué remedio! Y añade:
"La compañía continuará el proceso de negociación con sus entidades acreedoras con la finalidad de alcanzar un acuerdo que garantice la viabilidad financiera".
La reacción en bolsa ha sido fulminante: ha perdido en 70% de su valor. Esa caída se ha quedado en un 54% después, y tras esa caída ha sido expulsada del selectivo índice Ibex.
No hay duda que la decisión de Gestamp incorpora más incertidumbre al futuro de Abengoa. Y es que todas las esperanzas estaban puestas en Gestamp. Otra cosa es que los bancos acreedores estuvieran de uñas,
sobre todo los extranjeros, menos presionables que los nacionales a la hora de las exigencias de cobro.
Pero no olviden que el problema gordo de narices es la
deuda que acumula Abengoa y la
ampliación de capital, de nuevo pendiente. El nuevo escenario para cualquier solución queda en entredicho y todo vuelve al punto de partida.
Respecto a la deuda, ya le hemos explicado que suma 20.264 millones, está repartida entre un número
interminable de bancos y se divide en tres apartados: deuda corporativa, capital circulante y
project finance. El banco al que más dinero debe Abengoa es el sueco
EKN (642 millones de euros) y el Santander es la entidad española que más riesgo tiene en capital circulante (1.052 millones).
También hay
diferencias entre los bancos españoles. El
Santander insistía en apoyar a Gestamp a cambio de una mayor inyección de dinero, pero no opinaban lo mismo
Sabadell,
Popular,
Caixabank y Bankia.
Y respecto a la ampliación de capital,
cómo, cuándo, con quién. Cualquier nueva negociación pasará también por la revisión en la venta de activos.
Una última consideración, por último. Lo que está sucediendo en Abengoa es, indefectiblemente, un aviso a navegantes para el resto de las empresas de energías renovables, que había basado toda su estrategia sobre unas subvenciones que posteriormente se han quedado en "rentabilidades razonables" con la reforma Soria. El campo abonado, ahora, para el riesgo de los
fondos buitre pero a qué precio y con la táctica del desguace.
Rafael Esparza
rafael@hispanidad.com