El Fondo Monetario Internacional (FMI) cree que uno de los principales problemas estructurales de la economía española es una derivada del Estado autonómico tal y como está organizado. Como ha declarado a EL MUNDO Ara Stepanyan, economista senior de la institución, «España no es un mercado único». Eso significa que dentro del país «hay requisitos regulatorios diferentes que crean obstáculos para que las empresas se muevan de región a región o se expandan». Así pues, España está en una situación paradójica. Por un lado, forma parte de un mercado único europeo cada día más integrado, formado por 27 países, de los que 19 comparten una moneda única y están avanzando en la integración de sus sistemas financieros. Por otro, su mercado interior está compuesto de varios «minimercados» que divergen entre sí, hasta el punto de que eso constituye un obstáculo a su crecimiento económico y, sobre todo, a la solución de su mayor problema: el desempleo. (El Mundo)