Amable propuesta oriental, llena de sensibilidad, que utiliza como pretexto la comida para sugerir que es importante limar asperezas familiares.

Masato, un joven chef de ramen, deja su ciudad natal en Japón y viaja hacia Singapur para encontrar la verdad sobre su pasado y su familia. Esa travesía se convertirá en todo un descubrimiento personal.

Si, en la pequeña pantalla, la cocina ha sido un descubrimiento reciente para elaborar todo tipo de programas, no ocurre así en el cine donde, desde hace décadas, hemos podido paladear películas bellas sobre el arte culinario, recuerden títulos como El festín de Babette, Como agua para chocolate, Deliciosa Martha, Ratatouille o la injustamente olvidada película española Bon Appétit.

Ahora es el cine oriental el que mezcla un drama lleno de valores con los beneficios de una buena gastronomía, en un film del director singapurense Eric Khoo. Una metáfora preciosa de cómo es posible la reconciliación familiar siempre que se apueste por el olvido y el perdón.

Cine sencillo y sin estridencias, pero con mensaje claro.  

Para: los aficionados al cine oriental