Años 60. El magnate Henry Ford II se enemista con Enzo Ferrari lo que le lleva a intentar crear su propia escuderia en EEUU para competir contra los italianos en las principales carreras del mundo. Para ello contrata al diseñador de automóviles estadounidense Carroll Shelby y éste confía en el piloto y mecánico británico Ken Miles.

Este drama deportivo no es una película solo para los aficionados a la temática del motor sino para cualquier interesado en el buen cine porque rebosa emoción y cuenta con unas soberbias interpretaciones.

El largometraje de James Mangold convence porque abre el abanico de la historia de tal forma que hay muchos puntos de interés no solo uno. Así, al esfuerzo por ganar la carrera de Le Mans se suma el detonante del enfrentamiento entre dos grandes del mundo de la automoción Ford versus Ferrari (que es el titulo original de la película) pero también las tensiones entre los de arriba y los de abajo o, para entendernos, entre los ejecutivos de Ford y los que trabajaban en las pistas, mecánicos y pilotos. Los encorbatados eran incapaces de comprender el gran esfuerzo que conllevan las mejoras técnicas de este tipo de coches y entender que un piloto de Formula uno se juega la piel en cada carrera. Finalmente, y para cerrar el círculo, la película aborda dos asuntos más personales: la amistad de dos hombres, forjada en la lucha por el  logro deportivo, mientras describe también la abnegación y sacrificio de las familias ante el coste personal de ese esfuerzo.

Como se imaginarán el relato está inspirado en hechos reales y necesitaba para llevarse a buen puerto a dos excelentes actores, Matt Damon y Christian Bale, quien vuelve a hacer una de esas actuaciones extraordinarias donde no ha dudado en perder peso para asemejarse lo más posible al corredor Ken Miles, una auténtica leyenda en el mundo del motor.

Nadie negará que, como es una película estadounidense, se cargan un poco las tintas en el retrato del italiano Enzo Ferrari y en la actitud de sus pilotos, que lucen cara de malvados en las competiciones que le enfrentan a los Ford, pero el resto de la película se desliza de manera excelente. Presten atención a la maestría al rodar las secuencias de carreras que son trepidantes.

Para: los que les guste el cine estadounidense de calidad.