Eran los tiempos del Aznarato (1996-2004). En Moncloa percibían cómo una masa ingente de musulmanes, sobre todo paquistaníes pero también de otros países, llegaba a España. El ínclito Jordi Pujol, catalanista, amante de la independencia pero no independentista (sí, un poquito ladrón, pero esa es otra cosa), reconoce que sí, que está facilitando, vía Milán, la llegada de musulmanes.

¿Por qué? Pues porque los musulmanes no pueden obtener la nacionalidad española en dos años y, por tanto, no pueden votar. Y sí. Porque, además, los ecuatorianos, que es a lo que jugaba el resto de España, son hispanos.

¿Por qué la princesa Leonor habla en árabe?

Desde Madrid se le recuerda a Pujol que lo importante no es la inmigración sino la integración y que los factores clave para integrarse en el país de acogida son la lengua y la religión (la cultura, si lo prefieren). Dicho de otro modo: los hispanos se integran mucho mejor que los musulmanes.

Pero Pujol no quiere hispanizarse sino deshispanizarse así que ahora tiene la mayor colonia de musulmanes, que han formado un guetto en Cataluña y que de vez en cuando, perpetra un atentado terrorista.

¿Por qué el presidente de Asturias permite el hijab en los institutos?

Porque hay algo que ignora Pujol y desconocen los independentistas catalanes: cuando el musulmán se revuelve contra la sociedad que le acoge, contra los cruzados cristianos, no distinguen entre catalán o madrileño y andaluz. Para ellos, todos son objetivos a liquidar, cruzados españoles o cruzados catalanes.

Y en esas, ¿seguro que es prudente que la princesa Leonor hable en árabe?

¿Por qué el presidente de Asturias permite el hijab en los institutos? El peligro está en la inmigración islámica por la sencilla razón de que el musulmán odia al país de acogida, odia a España. El hispano no.