Su anécdota más conocida era su comida con Botín, entonces presidente del Santander: “Emilio, no te engañes: crisis económica de verdad es cuando yo no puedo pagar a mi sastre”.  

¿Por qué digo que era de derechas? La verdad es que nunca hablaba de política pero era un tipo elegante -síntoma evidente de su carácter reaccionario y antidemocrático- y, sobre todo, no se apuntó a ninguna de las causas progres: aborto, feminismo, ideología de género, eutanasia, anticlericalismo, animalismo…

Y encima, hacía comedia, y no drama. Lo dicho, un fascista.

La cultura española no está en poder de la izquierda pero el espectáculo sí… y la empresa cultural, también

La cultura española no está en poder de la izquierda, que suele tender a ignorante, pero el mundo del espectáculo sí… y la empresa cultural, también. ¿Qué cuál es la principal empresa cultural de España? Las subvenciones públicas, por supuesto. Es decir, el Estado. Es decir, el partido gobernante.

Sólo tenía un defecto: era de Gijón cuando, como todo el mundo sabe, las asturianos decentes nacen en Oviedo. Como servidor.