Hispanidad reveló ayer que en Aragón ha comenzado la ingeniería social, algo que no conocíamos desde los tiempos de Stalin en la URSS y de Mao Zedong en China.

Al menos, el señor Javier Lambán, el PSOE, ya tiene la norma: con la excusa del Covid y de los contagios, el Gobierno podrá decidir dónde van a encerrar a los mañicos y cuánto tiempo deben permanecer encerrados y alejados de los suyos. Naturalmente, lo harán por el interés general, para que no se contagien.

No es por nada, pero así empieza la ingeniería social, los movimientos de individuos o de pueblos de una a otro dirección: Stalin y Mao, así como los nazis, también lo hacían en nombre del interés general.

Y así, vamos sedimentando lo que ha sido la respuesta del Gobierno español al virus. Ojo al dato: reducir la libertad, prescindir de los sacramentos, arruinar al propietario y subvencionar al vago.

Y sin oposición, oiga, por el miedo reinante. Miedo a morirse naturalmente.