El cachondo de Chesterton aseguraba que la evangélica frase de “dichosos los que sin ver creyeron” debería convertirse en el lema del periodismo del siglo XX. Probablemente no era un lema, sino la práctica habitual en la pasada centuria.

Pero para el siglo XXI -ya estamos en el posmodernismo- hemos mejorado mucho. El aforismo del periodismo actual es el inverso: “dichosos los que no creen ni aquello en lo que ven”.

De otra forma, no me explico el tratamiento que los medios están dando a la pandemia en España y a la labor del Gobierno Sánchez en la misma.

No es el periodista el que imita al político, sino al revés. Por eso Sánchez asegura que el epicentro mundial del virus es Estados Unidos

No me creo que los medios sean tan tontos -sé que no lo son- como para comparar cifras absolutas en lugar de cifras relativas. Pero eso es lo que medios tan prestigiosos como RTVE o La Sexta le han vendido al pueblo español, durante estos meses de pandemia.

Y créame: no es el periodista el que imita al político, sino al revés. Quizás por ello, Pedro Sánchez repite, sin inmutarse, que el epicentro mundial de la pandemia era Estados Unidos, un país que ha sufrido muchos menos infectados y menos muertos que en España… medidos por habitante, naturalmente.

Sí, el Gobierno ha comprado a los editores, sobre todo a los televisivos, y ha amedrentado a los periodistas. Reconozcámoslo: los periodistas somos el colectivo más políticamente correcto que existe. Hemos caído en el pánico creado en España desde el 15 de marzo, ese pánico que nos ha convertido en un país amedrentado y delator. 

La esperanza consiste en que el daño provocado por esta acobardamiento de la clase periodística sea temporal y pase con el virus. Es decir, que la prensa vuelva a ser el control del poder político, dado que desde el 15 de marzo ha estado a su servicio. Espero que no se haya acostumbrado.