Estaba muy enfadada la ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, cuando el abajo firmante, pasado viernes 15, en Moncloa, le preguntó si a los niños debe educarles el Estado o los padres.

Digo que doña Isabel Celaá se enfadó muchísimo (aunque es cierto que luego se disculpó). Miró al secretario de Estado de Comunicación, Miguel Ángel Oliver, y abrió los brazos mientras aseguraba, en gesto de desesperación, que esa no era una pregunta para una rueda de prensa y, al final… se salió por los cerros de Úbeda.

Lo único que garantiza la libertad de enseñanza es el cheque escolar... y sólo Vox lo propone

Pues a mí me parece que sí, que esa es la clave de la cuestión. Que el PSOE y Podemos consideran que a los niños les educa el Estado, o sea, el Gobierno, tal y como aclara la portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid, Isabel Serra.

Tres son los objetivos del Gobierno Sánchez en materia educativa: acabar con la enseñanza católica, pervertir a la infancia y fomentar la vagancia

Lo cierto es que el único sistema que garantiza la libertad de enseñanza para que los padres puedan elegir el centro escolar para sus hijos, según sus convicciones, es el cheque o bono escolar. Y lo cierto es que el único partido parlamentario que ha propuesto el cheque escolar es Vox.

Ahora bien, hay cosas más importantes que esa cuando se trata de la educación. Por ejemplo, los objetivos del -pasemos a lo concreto,- borrador de Ley de Educación del PSOE, que lleva la firma de doña Isabel. Tres son los objetivos del Gobierno Sánchez en materia educativa: acabar con la enseñanza católica, pervertir a la infancia y fomentar la vagancia. Y, verbigracia, acabar con el ideario cristiano en la escuela es mucho más importante que acabar con la escuela privada-concertada. Y sustituir a Cristo por el feminismo rabioso en al escuela es, en efecto, orientación educativa con perspectiva de género. Cierto, del género idiota.

Al final, tendremos lo que ya ocurriera -caso real en un colegio madrileño, de donde una niñita de cinco años volvió a su cada y le preguntó a su madre si ella era niño o niña. Ante la extrañeza de su madre, la niña explicó que después de lo que le habían dicho en el colegio ese día (había recibido la charla de un activista recién llegado al centro para educar al pueblo). Ya no lo tenía nada claro.

Acabar con el ideario cristiano en la educación es mucho más importante que acabar con la escuela privada-concertada

Y por cierto, acabar con el ideario cristiano en la educación es mucho más importante que acabar con la escuela privada-concertada. Pero lo uno ayuda un tanto -no digo que decida- a lo otro.