No tiene remedio. La primera rueda de prensa del vicepresidente Pablo Iglesias sobre el coronavirus se convirtió en un mitin para indignados del 15-M. Su parlamento se puede resumir en dos bobadas y una puñalada a Sánchez. Con las dos tontunas, el personaje demuestra su esencia: resulta tan ignorante como pedante. Con la navaja cabritera demuestra su catadura moral: la de un engreído que se cree su propia vanidad.

Bobadas. Según Iglesias, el coronavirus sí distingue por clases. Pues no, distingue por edades, y hay jóvenes ricos y jóvenes ricos, ancianos pobres y ancianos ricos. Y se contagia por contacto… y resulta que los ricos también ‘contactan’, con ricos y pobres, aunque sólo sea con el servicio. Los ricos viven perpetuamente rodeados de pobres.

Dos: según don Pablo, al revés que en la anterior crisis, la financiera de 2007, en esta hay un gobierno que no aplica austeridad. Tiene razón, de entrada, el Gobierno Sánchez nunca aplica austeridad, sino que reparte miseria.  

Pero, además, no es verdad: el plan económico del gobierno sociopodemita, no es rumboso pero tiende al gasto público como todo buen socialista. Ahora bien, el problema no está en el gasto, sino en el apellido: ‘público’.

Porque se puede ser rumboso con el ciudadano aumentando el gasto público, -el dinero que manejan Sánchez e Iglesias y que sale de nuestros bolsillos- o bien se puede ser rumboso bajando los impuestos en lugar de subirlos… que -esto último- es lo que pretenden PSOE y Podemos. Algunos preferimos que el dinero no esté en manos de Pedro y de Pablo sino de quien lo ganado honradamente.

Algunos no queremos que, aprovechando el coronavirus, el Estado incremente sus ingresos sino que reduzca sus gastos con la bajada de impuestos. Vamos que no nos robe.

Por cierto, mientras Iglesias decía esto Hacienda anunciaba que no se retrasara ni un solo día la campaña del IRPF. Se pueden retrasar todas las actividades derivadas del Covid-19, las que arruinan a los particulares, pero no la campaña del IRPF para que el Estado, o sea, el gobierno, o sea Pablo y Pedro, no se arruinen y pueden presumir de ayudar a los pobres… con el dinero de los demás.

A partir de ahí, que sea todo lo solidario que quiera… con su dinero. Pero que el dinero no acabe en tus manos: la solidaridad pública es más peligrosa que el egoísmo privado. Al menos este es el camino breve y bien palpable; la otra, es una hipocresía sostenible en el tiempo, porque juega con el dinero de los demás. En esto, don Pablo, como todos los que no saben ganar dinero, es un especialista.

¿Y la puñalada a Sánchez? Consiste en convertir los caprichos de Podemos en política de todo el gobierno español. Ejemplo, un periodista le preguntó en la mencionada rueda de prensa telemática, por qué Podemos alentó una cacerolada contra la Monarquía en plena crisis del coronavirus. Respuesta. Este Gobierno está con la libertad de expresión. Es decir, ¿el Gobierno Sánchez está por la III República y por mandar al Rey al Exilio? ¿Seguro?