• La ONU es hoy abortista, homosexualista, feminista, sincretista y liberticida.
  • Con Ban Ki-moon, la ONU ha dado el giro copernicano desde el derecho a la vida hasta el derecho al aborto.
  • El secretario general de la ONU defiende un sincretismo desvaído que respeta todos los credos porque no cree en ninguno.
  • El espíritu masoncete del Ban Ki-moon se deja ver en ese sincretismo y en su padrinazgo de la ideología de género.
La verdad es que produce una cierta repugnancia contemplar al Rey de España, y al Gobierno de España, rendidos ante ese grandísimo hipócrita conocido como Ban Ki-moon (en la imagen), a la sazón secretario general de Naciones Unidas. Todo ello en el 'incomparable marco' del Palacio Real. Ban Ki-moon es el hombre que puso a Naciones Unidas al servicio del Nuevo Orden Mundial (NOM). Es el hombre que ha cambiado de hecho, aunque no de derecho (casi nunca lo hacen; el NOM no quiere la razón, quiere el poder). La Carta fundacional de la ONU, con su pareja Declaración de los Derechos del Hombre, por la llamada segunda generación de derechos humanos, los llamados derechos sociales. En otras palabras, que del derecho a la vida se ha pasado -sin necesidad de reformar las normas sino de cambair los hechos- al derecho al aborto, en un giro copernicano y homicida que presagia todo lo demás. Ban Ki-moon apenas esconde su apoyo al derecho al aborto. Con él, Naciones Unidas se ha hecho, definitivamente, abortista, homosexualista, feminista, sincretista y liberticida. Sí claro, sin derecho a la vida el resto de derechos y libertades dejan de existir. Ban Ki-moon aspira a convertirse en el Papa Negro del NOM, un papa del sincretismo universal (y del gobierno global) que sustituiría al cristianismo acosado. En una entrevista con la corresponsal de RTVE en Nueva York, el Papa Negro del NOM aseguraba, en referencia a Siria pero también a Israel, que nadie podría controlar estos conflictos "si se mezclan con la religión". ¡Hay que ser cínico! Mire usted, lo de Siria y lo de Israel son conflictos religiosos, entre otras cosas porque todos los conflictos tienen raíz religiosa, filosófica o de diversas cosmovisiones, si ustedes lo prefieren. Eso sólo demuestra que el hombre no es lo que come sino lo que cree y lo que ama. Y por ello lucha. Pero a este papa negro de la filantropía universal (¡Dios nos libre de los filántropos!) lo que le interesa es recalcar que toda religión, especialmente la cristiana, que es su objetivo a batir, es cosa mala y hedionda y que debe ser modificada por la religión global, que afecta a todos y lo conduce todo: un sincretismo desvaído que respeta todos los credos porque no cree en ninguno. Eso sí, ha pedido que le sustituya una mujer. ¡Qué bueno! Ahora que se va quiere pasar por feminista. ¡Valiente hipócrita! La ONU siempre ha tenido querencia masónica, pero lo de Ban Ki-moon huele a masón hasta de lejos. Como cuando, en la misma entrevista le preguntaban por el conflicto Soria y elevaba sus preces para que Vladimir Putin pare los pies a Bashar Al-Asad. ¿De verdad el problema es Bashar al-Asad y no el Estado Islámico? ¿Quién empleó la guerra de Siria? ¿Bashar Al-Asad? ¿En serio? Eulogio López eulogio@hispanidad.com