Que dice la Real Academia que esto del diccionario incluyente -o sea feminista- o lo de convertir la Constitución en incluyente -es decir, feminista- es una ‘grossen chorradem’. Es igual, la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, insiste: lo que diga la RAE le trae al pairo: lo importante es lo que la gente considera normal, lo que habla la calle.

Ahora bien, ¿ustedes han visto a muchos majaderos, en la calle, referirse a “ciudadanos y ciudadanas”, “españoles y españolas” y así sucesivamente? Yo pocos.

Los progres tienden a confundir sus caprichos con el parecer mayoritario, y por eso aluden a mayorías inexistentes, justo aquellas que coinciden con sus deseos y caprichos.

¿A quién le importa lo que diga la Academia de la lengua, organismo tan escasamente democrático? A Carmen Calvo, no.