Volvo Cars ha tenido un buen 2022, en el que aprovechó la inflación y “superamos las turbulencias y logramos un progreso significativo en nuestras ambiciones estratégicas”, ha destacado su presidente y CEO, Jim Rowan. Y es que la compañía ha acelerado tanto en beneficio neto (+20%) como en beneficio operativo (+10%) e ingresos (+17%), pese a vender menos coches (-12%).

El fabricante de coches sueco tiene como primer accionista al chino Zhejiang Geely Holding Group desde el año 2010, cuando este último se lo compró al estadounidense Ford. El beneficio neto de 1.526 millones de euros en 2022, un 20% más que el año anterior, y el beneficio operativo ha ascendido a 2.001 millones (+10%).

Quiere seguir elevando el peso de las ventas de coches totalmente eléctricos, pues aspira a ser un grupo completamente eléctrico al final de la década y neutro en carbono en 2040

Por su parte, Volvo Cars ha logrado una facturación de 29.631 millones (+17%), gracias en gran parte a los mayores precios, porque sus ventas han bajado un 12%, a 615.100 unidades. Eso sí, de cara a este año prevé que estas tengan un “sólido crecimiento” de dos dígitos, ha señalado Rowan, añadiendo que “siempre que no haya interrupciones importantes en el suministro”, y tras haber lanzado un plan de optimización de costes ante el alza de precios. Además, quiere seguir elevando el peso de las ventas de coches totalmente eléctricos, pues aspira a ser un grupo completamente eléctrico al final de la década y neutro en carbono en 2040.

Rowan considera que este año será otro “desafiante”, pero espera que la escasez de suministro de China relacionada con el Covid haya quedado atrás y que siga mejorando el suministro de chips, e incluso que el precio del litio empiece a bajar a finales de año. Eso sí, no hay que olvidar que Volvo Cars tampoco crea empleo industrial en España, sino que sólo vende coches, como hacen la gran mayoría de marcas asiáticas... y es que sus principales accionistas son chinos.