Volkswagen ha obtenido un gran beneficio neto en el primer semestre, en concreto de 8.104 millones de euros, frente a las pérdidas de 1.201 millones de hae un año. Y lo ha celebrado a lo grande, con la presentación del Taigo, el tercer modelo que fabricará en la planta de Navarra (la cual dirigirá el alemán Markus Haupt) y que será el primer SUV coupé del grupo.

El fabricante automovilístico alemán ha elevado su cifra de negocio un 35%, hasta 129.669 millones; sus ventas un 28%, a 4,97 millones de unidades, y su producción un 23% a 4,51 millones de coches. Asimismo, ha logrado un beneficio operativo (Ebit) récord de 11.358 millones y ha disparado su liquidez un 88%. Ante estas buenas cifras, ha decidido aumentar su previsión anual de rentabilidad 0,5 puntos porcentuales, a un rango de entre el 6% y el 7,5%. Eso sí, ha rebajado su pronóstico de ventas, porque prevé un impacto adverso de la escasez de chips en la segunda mitad del año, aunque serán superiores a las de 2020 si las nuevas olas de la pandemia lo permiten.

El CEO del grupo, Herbert Diess, ha afirmado que “el resultado récord del primer semestre es una prueba clara de la fortaleza de nuestras marcas y el atractivo de sus productos”. Por su parte, el director financiero, Arno Antlitz, ha añadido: “hemos contenido con éxito los impactos de los cuellos de botella de los semiconductores, aunque prevemos efectos algo más pronunciados en el tercer trimestre. No obstante, nuestra valoración de los resultados de nuestro negocio en el conjunto del año ha mejorado aún más, por lo que hemos elevado nuestras perspectivas”. No es la primera vez que advierte sobre la crisis de chips: ya lo hizo cuando publicó las cifras del primer trimestre. Además, con dinero europeo y español, pero patente alemana, Volkswagen anunció hace casi dos semanas una gran fábrica de baterías en España