Los árabes de STC, o sea el Gobierno de Riad, o sea el peligroso Mohamed Bin Salman, ni se han dignado aún solicitar el preceptivo permiso al Gobierno español para entrar en el accionariado de Telefónica. Y resulta que Arabia Saudí no es miembro de la Unión Europea, que Telefónica es una empresa estratégica española y que, encima, desde la pandemia existe una normativa especial en España que asegura la españolidad de las empresas... estratégicas.

Sin advertir ni al Gobierno ni a la compañía, hace ya meses los árabes se hicieron con el 10% del capital y se convirtieron en lo que en el Distrito C ya se conoce como 'bajarse al moro'. 

Pues ahora, el propio Gobierno dice que continúan sin perdir permiso pero, al mismo tiempo, miren por dónde, les defiende. El ministro Escrivá asegura que mientras mantengan el 4,9% de acciones de Telefónica no se le puede decir nada y que a él no le consta que tengan otro paquete más (lo tienen y supera el 7%) aparcado en derivados convertibles. 

Y encima, pretenden entrar en el Consejo de Administración de la compañía. 

No sólo eso: Escrivá se niega a decir si el Gobierno ha comprado acciones de Telefónica y sostiene que su entrada, en ningún caso, distorsiona el mercado. Asegura haber trabajado en banca de inversión en el BBVA y él "sabe mucho de esto". 

Es más, para justificar la renacionalización de Telefónica, que no otra cosa pretende el Gobierno, recuerda que el Gobierno de Berlín supera el 20% del capital de Deutsche Telekom. Hombre sí, lo que pasa es que España privatizó y Alemania no. Lo que ahora se hace no es privatizar sino re-nacionalizar. 

En cualquier caso, Bin Salman se burla de Sánchez y el Gobierno aprovecha para controlar Telefónica. Que no nos pase nada.