Santander mejora las condiciones del ERE
Viernes negro en la bolsa española (el Ibex cayó un 1,4%) con protagonismo indiscutible de la banca, especialmente de Bankia (-3,6%) y del Santander (-3,2%). Al fondo, el acuerdo presupuestario en Italia del que hablaremos más adelante. El caso es que las andanadas italianas afectan, y mucho, a la primera entidad europea que lidera Ana Botín. Sí, el Santander es el banco más expuesto al bono italiano. Curioso, porque el nuevo CEO de la entidad, Andrea Orcel, es… italiano.
El BBVA también ha sido protagonista, aunque por otra razón: el relevo 'acelerado' de Francisco González por su número dos, Carlos Torres, que tendrá que lidiar con una herencia envenenada por la exposición en Turquía. También es cierto que es una herencia a medias, porque si hubo alguien entusiasmado con la idea de entrar en aquel país -además de FG- fue, precisamente, Torres.
Carlos Torres tendrá que lidiar con una herencia envenenada en BBVA por la exposición del banco en Turquía
Otro nombre propio: Luis de Guindos. El ex ministro de Economía, ahora vicepresidente del BCE, se aburre soberanamente. Su jefe, Mario Draghi -otra vez Italia- no le deja meter baza en la banca española, su especialidad. Y tampoco le deja actuar sobre la política monetaria porque ese es coto privado del presidente. Luis: ¿A qué te dedicas en Fráncfort? Viene a la memoria lo que dijo el fallecido Pedro Toledo cuando fue nombrado vicepresidente del Banco de Vizcaya: “Me han degradado”.
Volvemos a Italia. Menudo gol nos están metiendo: ahora resulta que es el peor de los mundos por presentar unos presupuestos para 2019 que conllevan un déficit del 2,4% del PIB. Recuerden que el déficit corregido, pactado por Sánchez con Bruselas para este año (los famosos 6.500 millones más ‘pal pueblo’), superan en tres décimas al italiano: 2,7%. Sí, hablamos de dos años distintos, pero la diferencia no es tan grande.
Guindos se aburre en el BCE: Draghi no le deja meter baza en la banca española
Es cierto que la deuda española, ya muy elevada, roza el 100% del PIB mientras que la italiana es mayor: roza el 130 %. Y aunque es verdad que el veneno está ahí, también lo es que los guarismos de deuda pública hay que relacionarlos con la economía de cada país. Por ejemplo, la deuda pública de China se eleva hasta el 266% del PIB. En definitiva, si los italianos merecen un muy deficiente, España se merece un suspenso.
Lo que pasa es que los mercados también se guían por modas y como resulta que ahora Italia es populista…