La buena noticia es que el beneficio neto de Cajamar, entre enero y marzo, aumentó un 4,8% y alcanzó los 90,9 millones de euros. El resultado antes de impuestos fue de 134 millones, un 30,2% más que en marzo de 2024.
Ahora bien, según las cuentas difundidas este martes por la entidad, el beneficio se produjo gracias, principalmente, a las menores provisiones, que se redujeron un 59% y no superaron los 22,3 millones, y al menor deterioro de los activos: 39,9 millones de euros frente a los 54,7 millones de un año antes.
El caso es que el negocio bancario no empezó bien el año y se redujeron todos los márgenes. El margen de intereses, un 10,2%, hasta los 274,1 millones, que no pudo ser compensado con las comisiones, que aumentaron un 25,4%, hasta los 85,6 millones. El margen bruto se redujo un 1,5%, hasta los 380 millones, y el margen de explotación cayó un 7,4% y no superó los 197,1 millones.
En el comunicado remitido a los medios, la entidad resalta la actividad comercial que llevó a la entidad a un aumento de la inversión crediticia del 5,3%, con una especial incidencia en el sector agroalimentario, en el que Cajamar es líder, con una cuota del 15,4%.
La entidad cerró el primer trimestre con una morosidad del 1,85%, una de las más bajas del sector, y con una ratio de solvencia CET1 del 14,3%, tras el aumento de los recursos propios computables, del 7,5%.