Iberdrola ha publicado este jueves sus resultados de 2023. Se trata de otra de las compañías que forman parte de un sector energético, al igual que Enagás y Repsol, tan intervenido por nuestro ‘querido’ Gobierno. Comenzamos nuestro análisis trayendo buenas noticias. El beneficio neto de Iberdrola en 2023 ha sido superior en un 10,8% al del año anterior, siguiendo la evolución positiva observada en las comparativas entre los periodos intermedios. Este incremento del 10,8% se ha traducido en que el beneficio neto ha pasado de 4.338,6 millones de euros (M€) a 4.802,8M€, una evolución positiva considerable que ha pasado del todo desapercibida por el mercado, a pesar de que ha propuesto un dividendo con cargo a los números del año pasado de 0,55 euros (€), un 10,8% superior al anterior. El precio de la acción de la eléctrica que dirige Ignacio S. Galán se ha decrementado en el momento de la realización de este artículo en un 1,74%, pasando de los 10,93 euros (€) a cierre de la sesión de ayer día 21 a 10,74€ Todo ello en un mes que ha sido muy malo para la cotización de la segunda mayor capitalizada del Ibex (solo tras Inditex), con un descenso del precio de su acción del 3,29% en términos acumulativos. Sin más dilación, vayamos con el estudio de las principales cifras que componen la cuenta de resultados.

Iberdrola / Foto: Pablo Moreno

 

La facturación del grupo, ingresos, a cierre de 2023 ha bajado un 8,6% respecto al cierre del año 2022, pasando de 53.949,4M€ a 49.334,9 M€. Un decremento significativo que, al menos a priori, parecería poner en problemas el resultado del conglomerado empresarial con sede en Bilbao. Pero no se apuren, porque rápido llegamos a la línea de gastos de explotación. Iberdrola ha centrado su operativa corriente en una mejora de la eficiencia a través de una estrategia de mejorar la producción y disminuir sus costes de aprovisionamiento. Ello se evidencia en el descenso abultado de los aprovisionamientos, en concreto, en un 22,9%, pasando de ser 33.750M€ a 26.033,4M€. Este mayor descenso de los costes entre períodos, de manera comparativa con el descenso de los ingresos, ha dado lugar a una evolución positiva del margen bruto, que ha crecido en un 23%, lo que deja patente, como ya adelantábamos, la mejora evidente en términos de eficiencia entre 2022 y 2023. Sin embargo, no ha ocurrido de igual manera con la evolución del gasto operativo neto, que ha aumentado en un 17,8%, afectado principalmente por el gasto de personal y de servicio exterior. Tal y como indica en su presentación, ambos conceptos devienen por el aumento de personal, tanto en plantilla como exterior, así como el ajuste por la inflación.

La facturación baja un 8,6%, a 49.334,9 M€, pero que se debe a la mejora de la mejora de la eficiencia a través de una estrategia de mejorar la producción y disminuir sus costes de aprovisionamiento (-22,9%). Así, el margen bruto crece un 23%, pese a que el gasto operativo es mayor por el aumento de personal y el ajuste por la inflación

Respecto a la producción, por muy verde que quiera parecer y por mucho que cargue contra las petroleras, Iberdrola también tiene ciclos combinados de gas con los que genera decenas de miles de gigavatios-hora (GWh) de luz para sí misma y sus clientes y para terceros. De los 168.599 GWh del año 2023, unos 79.500 han sido de renovables pese a los descensos en eólica terrestre; y 59.161 de los ciclos combinados (incluyendo un descenso en la producción propia que prácticamente se ha compensado con mayor generación para terceros en esta energía), a lo que se suma un aumento en cogeneración y un descenso del 2,5% en nuclear (y ojo, Iberdrola podría no aceptar la renovación de la licencia de la central de Trillo, tras el aumento del 40% de la tasa de Enresa en España). Además, ha aumentado su generación de eólica marina, aunque ha pisado el freno en esta energía por las dificultades que atraviesa en estos momentos la misma y que han llevado a que Orsted anuncie su marcha de nuestro país y de otros. 

Producción de Iberdrola en 2023

 

Vayamos ahora con la capacidad de generar recursos del grupo medida a través del indicador ebitda. La cifra reportada de ebitda de Iberdrola de 2023 ha aumentado en un 9% con respecto al cierre del año anterior, pasando de 13.228,1M€ a 14.417,4M€. Es decir, ha generado mayores recursos que en 2022, ello derivado además de un incremento de los ingresos por una mejor eficiencia de sus gastos recurrentes.

Respecto a la evolución de la deuda del grupo, la deuda financiera neta ajustada ha vuelto a subir respecto a 2022, al igual que vimos en la comparativa de los períodos anteriores intermedios. A cierre de 2023, la deuda financiera neta ajustada ha ascendido a 47.832M€, 4.083M€ más que el año anterior, cuando fue de 43.749M€, y se ha situado en una cifra muy similar a la preocupante que ya reflejó en los nueve primeros meses del año (47.900M€),... y esto no es bueno. Ojo, porque para desapalancarse parece que sólo sabe desinvertir: la compañía que lidera Galán ha referido que considerando la operación de México (recientemente, el Pleno de la Comisión Federal de Competencia de México ha aprobado la operación de compra, por 5.573M€, de 13 plantas de generación de energía eléctrica de Iberdrola por el Gobierno de López Obrador), la deuda cae hasta situarse en una horquilla de 42.000-42.500M€. 

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En definitiva, el año pasado, el grupo ha aumentado su ebitda y su deuda neta, y llegados hasta aquí nos entra la duda de saber qué ha ocurrido con la capacidad de devolución de la deuda entre 2022 y 2023, medida a través del indicador deuda neta ajustada/ebitda: se ha mantenido en una ratio de 3,31x. Si bien debemos destacar que la eléctrica debería de tener cuidado con solicitudes recurrentes de deuda sin amortizar, ya que tiene demasiada deuda asumida para hacer cumplir su plan de expansión. Respecto al coste financiero de la deuda, sí que llegan buenas noticias: este ha descendido en 2023 respecto al año anterior en ocho puntos básicos, lo que resulta bastante loable en un panorama actual de tipos de interés muy altos. Por cierto, Iberdrola mantiene un 85,6% de su deuda financiera a tipo fijo, lo que es un alivio en los tiempos que corren. Pero ojo, porque el apalancamiento financiero ajustado (deuda financiera neta ajustada / (deuda financiera neta ajustada + patrimonio neto ajustado)) ha crecido al 44,2%.

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Como conclusión, en 2023, la compañía que dirige Galán ha mejorado de manera considerable las principales magnitudes de su cuenta de resultados, excepto en la partida de ingresos. También ha aumentado su deuda neta por el acometimiento del plan de expansión (y es que presume de inversiones récord de 11.382M€), esperamos que le dé sus frutos pronto y comience a no aumentar de manera sistemática su deuda neta de período en período. Y aunque en el Foro de Davos, Galán presumiera de que podrían barajar alguna compra, lo cierto es que también podría haber una venta o fusión... dada su elevada deuda. Además, en la conferencia con analistas, Galán ha vuelto a cargar contra los impuestos en España, avisando de que esta situación no es atractiva: la contribución fiscal de la eléctrica en nuestro país en 2023 se ha disparado un 35%, a 3.482M€, siendo algo más de un tercio de su aportación a las arcas públicas en todo el mundo (9.300M€, un 24% más que el año anterior). 

Iberdrola, por décimo novena vez: seguimos echando en falta para un análisis de tu liquidez una publicación de tu estado de flujos de efectivo: no sabemos porqué no lo publicas y no queremos sospechar nada raro, pero deberías publicarlo.

En resumen, el merado le ha enseñado tarjeta amarilla a Ignacio Galán, Su elevada deuda empieza a preocupar seriamente. Así, la mayor eléctrica de España reduce sus ingresos aunque aumenta beneficio neto y ebitda, pero su elevado apalancamiento le hace cerrar la sesión bursátil con una caída del 1,3%, frente a un IBEX que subió un 0,3.