El reflujo del hidrógeno verde… antes de despegar: Repsol redujo su inversión en febrero y ahora cancela la planta que iba a levantar con RIC Energy en Puertollano.
El hidrógeno verde se encuentra ya en reflujo… incluso antes de despegar en España. Y esto se puede ver muy bien en la apuesta de Repsol, que ya se atrevió a reducir su inversión en esta nueva energía el pasado febrero, y recientemente ha dado un paso más allá, al cancelar la planta que iba a levantar con RIC Energy en Puertollano, según han confirmado a Europa Press fuentes conocedoras del citado proyecto.
Con la planta de Hydric Power SL, Repsol y RIC Energy (empresa desarrolladora de energías fotovoltaicas y que apuesta por la producción de hidrógeno verde, el almacenamiento y el biogás) aspiraban a producir hidrógeno verde y oxígeno de alta pureza mediante electrólisis (un proceso químico que, en este caso, usa electricidad de origen renovable -fotovoltaica o eólica- para separar los elementos del agua -es decir, las moléculas de hidrógeno y oxígeno-). Asimismo, se barajaba trasladar el hidrógeno verde producido para su uso posterior en la refinería que Repsol tiene en Puertollano. Sin embargo, se ha constatado la inviabilidad técnica y económica de la citada planta en proyecto en los estudios previos a la decisión final de inversión. Por ahora, su coste es demasiado elevado y aún existen retos tecnológicos.
Repsol y RIC Energy han constatado la inviabilidad técnica y económica de su proyecto en los estudios previos a la decisión final de inversión. Por ahora, su coste es demasiado elevado y aún existen retos tecnológicos
Conviene recordar que el pasado febrero, en la presentación de los resultados de 2024 ante analistas e inversores, el CEO de Repsol, Josu Jon Imaz, se atrevió a reducir la ambición y la inversión en hidrógeno verde, una energía que aún no es rentable: así se pasó de los 1.900 megavatios (MW) anunciados en 2023 en la actualización estratégica 2024-2027 a entre 700 y 1.200 MW hasta 2030. Al mismo tiempo, Imaz insistió en centrarse en la apuesta por el hidrógeno verde para la producción propia y la descarbonización de sus refinerías: este año se aprobarán las inversiones para los electrolizadores de Cartagena (100 MW), de Petronor en Bilbao (100 MW) y de Tarragona (150 MW); las cuales contarán con apoyo de los fondos europeos.
Claro que no sólo la compañía multienergética que preside Antonio Brufau y dirige Josu Jon Imaz ha pisado el freno en hidrógeno verde. En la reciente Junta de Accionistas de Acciona, su presidente ejecutivo, José Manuel Entrecanales Domecq, señaló que “los números salen difícilmente en competitividad y hacen falta regulaciones específicas para que sea competitivo”. Asimismo, apuntó que se puede usar como base para producir amoniaco verde, pero aún es caro. Además, refirió la ralentización que esta nueva energía vive en EEUU, mientras que Acciona tiene grandes proyectos en los que están avanzando en Brasil, Marruecos, Argentina y Chile. Como ven, todos estos proyectos se dan fuera de España… pero permitirán que Entrecanales siga presumiendo de ser muy verde, aunque ahora le preocupen también otros temas, tras el estallido del ‘caso Cerdán’.
Dentro del sector energético español, José Bogas, CEO de Endesa, ha referido en varias ocasiones en los últimos años que el hidrógeno verde aún no es competitivo. Por ejemplo, en febrero de 2023, señaló que “tiene un presente incierto y un futuro prometedor, pero hoy su coste es absolutamente inviable”; y el pasado noviembre, aludió a que aún no es competitivo y requiere de una gran suma de subvenciones.
El reflujo que se está viendo en el hidrógeno renovable contrasta con la apuesta decidida que mantienen tanto Enagás como el Gobierno Sánchez por su transporte… y que hace temer que pueda ocurrir algo similar a lo que pasó en su día con la energía termosolar que tanto impulsó Abengoa y el propio José Luis Rodríguez Zapatero. Como bien saben, Enagás, bajo las riendas de Arturo Gonzalo, insiste en la ruina del transporte del hidrógeno verde (sobre todo a través del hidroducto H2Med), pese a las dudas de varios accionistas, como se vio en su última Junta. Y lo más curioso es que sigue apostando por dicho negocio, pero aún no ha puesto ni un euro, sino que prefiere echar mano de fondos europeos.
El reflujo que se está viendo en el hidrógeno renovable contrasta con la apuesta decidida que mantienen tanto Enagás como el Gobierno Sánchez por el ruinoso negocio de su transporte…
Por su parte, Pedro Sánchez, en el tercer Día del Hidrógeno de Enagás, presumió de que el Gobierno que lidera “ha convertido a España en la quinta gran economía más sostenible del planeta, líder global en hidrógeno verde”. Casi dos meses después, en su visita a la planta de fabricación de electrolizadores de Accelera By Cummins, presumió de que sus “decididas políticas” han atraído el 20% de los proyectos europeos de hidrógeno verde. Claro que debería tener en cuenta que no son inversiones, sino subvenciones públicas. Y por cierto, su entusiasmo por el hidrógeno verde también se ha plasmado en un Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) de imposible cumplimiento al pasar de 15 MW a 12.000 MW en 2030.













