Este jueves, en la Junta de Accionistas de Acciona, resultaba inevitable que no se hablara de la ‘presunta’ corrupción de la compañía al aparecer en la trama de Santos Cerdán, Koldo García y José Luis Ábalos. Así se ha podido ver tanto en el discurso del presidente ejecutivo, José Manuel Entrecanales Domecq, como en su respuesta a las preguntas de varios accionistas. Eso sí, el empresario se ha movido al ‘estilo Sánchez’ al presumir de integridad, entre otros valores, y por supuesto, de ser muy verde y ecológico.

Ya saben que hasta ahora, el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE no ha dudado en dejar caer al exministro Ábalos y a Cerdán, ante los escándalos de corrupción que se han ido conociendo. Eso sí, ha condecorado a José Luis Rodríguez Zapatero, pese a estar señalado por el empresario y comisionista Víctor de Aldama en la trama corrupta de Koldo y Ábalos. Pues bien, José Manuel Entrecanales Domecq ha echado balones fuera, que recaen en un exempleado de Acciona (Fernando Agustín Merino Vera) y en el responsable del negocio de construcción en España (Justo Vicente Pelegrini) que ha sido recientemente cesado. En el caso del primero, ha referido que el tema afecta a la “responsabilidad en una organización descentralizada” y a la “responsabilidad sobre un volumen de contratos muy pequeño sobre el volumen global, especialmente en construcción”. Asimismo, ha señalado que “aparentemente, este exempleado habría introducido una empresa externa, ahora bajo investigación, en el ecosistema de más de 30.000 empresas colaboradoras de Acciona”. Sin duda, se está refiriendo a Servinabar 2000 SLU (de la que Cerdán controlaba el 45%, participación con la que se hizo por 6.000 euros, lo que supondría un capital social total de la compañías de unos 13.300 euros). Y en relación a Pelegrini, ha argumentado el cese en que los hechos “revelan una falta de diligencia en el ejercicio de sus responsabilidades de dirección y supervisión”.

Por si lo anterior no bastara, José Manuel ha negado “rotundamente” que conociera a Koldo y a Cerdán, ni él, ni su primo Juancho, ni el resto de miembros del Consejo que se apellidan Entrecanales (su hermano Daniel y su primo Javier). Y en el caso de Ábalos, ha remarcado que sí le vio en persona, en una reunión de cortesía cuando le nombraron ministro y fue acompañado del CEO de Acciona Infraestructuras, Luis Castilla. Todo esto se acepta, pero parece que quiere tapar el sol con un dedo, porque la trama refleja el recorrido típico de un caso de corrupción: se crea una empresa, se ficha a un político (en este caso, además, se le vende gran parte por una cifra ridícula) y se van consiguiendo contratos... nada más y nada menos que como el del túnel de Belate (Navarra). En este último, Servinabar fue una de las adjudicatarias, pero buscó a las expertas para construirlo: en concreto, a la división de Construcción de Acciona y a Osés Construcción, a través de una UTE (Unión Temporal de Empresas). ¿En serio se adjudican un contrato tan relevante y no se preguntan quién está detrás de Servinabar? ¿O sabían que estaba relacionada con el PSOE, y más directamente con Cerdán?

Claro que el presidente ejecutivo se ha puesto muy digno, al recordar que han roto relaciones con Servinabar y que han abierto una investigación. “Seguiremos actuando con la máxima firmeza para preservar lo que somos y lo que queremos seguir siendo: una empresa ejemplar comprometida con la legalidad y la ética”, ha subrayado. Asimismo, ha insistido en la “voluntad de proteger la integridad de nuestra compañía y la colaboración con la Justicia”. ¿Les suena? Esto último es clavado a lo que tantas veces hemos oído a Sánchez y a numerosos ministros cuando salen escándalos de corrupción o imputaciones.

José Manuel también ha mencionado la relevancia en esta empresa centenaria del “rigor empresarial, la ética profesional y el respeto de las normas” y por supuesto, recalcando que “si se constatan incumplimiento o alusión de controles, actuaremos con toda la contundencia”. Curiosamente, ambas cosas las han constatado cuando han empezado a aparecer noticias de la ‘presunta’ corrupción en los medios de comunicación... “Nos duele profundamente el impacto reputacional que estas informaciones pudieran tener, tanto sobre nuestra compañía como sobre los más de 66.000 empleados que cada día desarrollamos nuestro trabajo con ilusión, esfuerzo, compromiso y la más absoluta integridad y rigor”, ha aseverado. Además, ha presumido de “integridad, ética y honestidad. Estos valores no son un eslogan sino la base de cada proyecto y relación en una empresa ejemplar comprometida con la legalidad y con la ética”.

Y por supuesto, José Manuel Entrecanales Domecq también se ha enfundado el traje de empresario muy verde por la apuesta del grupo por las infraestructuras y por las energías renovables. Por ello, ha señalado que el 94% de las inversiones cumple la taxonomía europea (es decir, la de la reducción de emisiones de CO2 y la apuesta por la descarbonización) y que esto se está extendiendo al resto de geografías y tiene la esperanza de que les dé ventaja competitiva. Ha considerado que las renovables son un “ejemplo paradigmático” porque “su rápido desarrollo ha sido posible no solo porque representan una opción limpia, sino porque han logrado demostrar, con hechos, su competitividad”. “Es el reflejo de que es no solo la más limpia (en esto olvida que las placas solares se empiezan a fabricar en China, usando electricidad que se genera en gran medida con carbón) sino, además, la opción más barata (en esto tampoco lleva razón), más flexible, más escalable, más independiente y más rápida de implementar”, ha añadido. También apuesta por la repotenciación de parques, el desarrollo de sistemas de almacenamiento, la electrificación de la demanda “mediante marcos regulatorios estables y señales claras de precio que fomenten la inversión, especialmente en redes” y en menor medida, por ahora, por el hidrógeno verde porque “los números salen difícilmente en competitividad y hacen falta regulaciones específicas para que sea competitivo”. Claro que tampoco se puede olvidar su plan de rotación de activos en Acciona Energía, que por ahora ya le ha permitido algún que otro pelotazo: 1.300 millones en 2024, sobre todo, por la venta de hidráulicas a Endesa por 1.000 millones. Claro que el plan es llegar a la rotación de activos por un total de casi 4.000 megavatios (MW) y a un valor de 1 millón de euros por cada megavatio, serían unos 4.000 millones, eso sí, el presidente ejecutivo ha apuntado que “sólo necesitaríamos cerrar aproximadamente un tercio para cumplir con nuestros objetivos”. Y no se olvida de la inversión en infraestructuras. 

A pesar de lo que aconsejaron los proxy advisors, todos los acuerdos propuestos han sido aprobados. Entre ellos, el reparto de un dividendo de 5,25 euros por acción el próximo 10 de julio, lo que supone un 7,4% más que el del año anterior. Algo ante lo que no ha habido reacción en el mercado: su cotización ha cerrado con un alza del 0,07%, mientras la de Acciona Energía ha subido un 1,24%,... y todo esto en una sesión en la que el Ibex 35 ha cerrado también bastante estable (+0,03%).