Este martes, hemos asistido a un paripé político de Teresa Ribera, vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, tras la reunión que ha mantenido junto al ministro de Medio Ambiente y Acción Climática de Portugal, José Duarte, con la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager, en Bruselas. Y es que ha logrado un acuerdo para sacar adelante el marco ibérico de topar el precio del gas que usa para generar electricidad, sin embargo, no es oro todo lo que reluce, porque seguimos sin saber cómo se harán las compensaciones a los productores de dicho gas... O sea, que parece que al final lo pagaremos todos con un nuevo déficit de tarifa

Recuerden que todo este paripé empezó el pasado 25 de marzo, en un tenso y larguísimo Consejo Europeo donde se reconoció la excepcionalidad ibérica de España y Portugal. Esto llevó a que surgiera la ‘gran’ medida energética: es decir, la de topar en 30 euros por megavatio hora (MWh) el precio del gas para la generación de electricidad, con el objetivo de abaratar el precio medio de la luz en el mercado mayorista. Sin embargo, en estas semanas el asunto se ha atascado, pues los técnicos de la Comisión Europea lo veían excesivo (rechazan que se limite por debajo de los 70 euros y llegando a recomendar unos 80 euros y sólo durante unas semanas) y también se habían puesto pegas porque podría alterar la libre competencia y atentar contra el mercado único europeo. 

Se ha logrado sacar adelante un tope de en torno a 40 euros/MWh en el precio del gas que se usa para generar luz, en un primer momento,  dado que luego se situará en un precio medio de 50 euros/MWh a lo largo de 12 meses. Un tope que supera el propuesto (30 euros)

Por ahora, sólo se conoce el acuerdo político, pero habrá que esperar un poco para conocer los detalles técnicos. Se ha logrado sacar adelante un tope de en torno a 40 euros/MWh en el precio del gas que se usa para generar luz en un primer momento y que luego se situará en un precio medio de 50 euros/MWh a lo largo de 12 meses. Un tope que supera el propuesto (30 euros), que permitirá rebajar el precio de la luz en el mercado mayorista: si se toma como ejemplo la cotización del gas de este martes (casi 80 euros en el mercado ibérico Mibgas), se rebajará a unos 120-140 euros, frente a los más de 200 euros que son habituales. 

Sin embargo, no lancen las campanas al vuelo todavía. Primero, porque Bruselas ha traslado la “petición de ser flexibles” para no introducir limitaciones adicionales en frontera, pero “obviamente el consumidor francés tendrá que pagar lo mismo que el consumidor ibérico en este ajuste", según ha afirmado Ribera. Segundo, porque tras unas negociaciones difíciles e intensas con Bruselas, no se espera la aprobación del Consejo de Ministros hasta la semana que viene... para que empiece a tener impacto en las facturas a partir de mayo. 

Tras unas negociaciones difíciles e intensas con Bruselas, no se espera que la aprobación del Consejo de Ministros hasta la semana que viene... para que empiece a tener impacto en las facturas a partir de mayo

Y tercero, pero no por ello menos importante, es la incógnita de las compensaciones... de las que no se ha desvelado nada, pero conviene tener claros algunos aspectos. Si las abona el Estado podría haber problemas porque podrían verse como ayudas de Estado a las empresas y atentaría contra la libre competencia. Si las abonan las empresas, podría haber vulneración del libre mercado y quejas de las compañías de otros países europeos. Por tanto, la única solución es que corran a cargo de Juan Español, que va alternando su sombrero (unas veces se pone el de consumidor y otras el de contribuyente): es decir, esto supondría generar un nuevo déficit de tarifa, pues se logra que hoy baje el precio de la luz, pero lo que no paguemos ahora lo tendremos que mañana... y encima será mucho más (habrá que abonar los intereses, porque se contrae una deuda financiera). Eso sí, el Gobierno había negado que se vaya a generar un nuevo déficit de tarifa, aunque ya saben que es muy aficionado al donde dije digo, digo Diego, y recuerden que aún seguimos pagando el primer déficit de tarifa, el que originó el socialista José Luis Rodríguez Zapatero con las elevadas primas a las renovables y que seguimos pagando: cerró 2020 en 14.294 millones, lejos de los casi 30.000 millones que alcanzó, y con la previsión de acabar de pagarlo en 2028, y la cifra bajó a 12.182 millones en 2021, según El Periódico de la Energía. Pero el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no pierde la ocasión de colgarse una nueva medalla con el tope acordado. 

Paralelamente, no hay que olvidar que la propuesta de topar el precio del gas en 30 euros no gustaba dentro del sector eléctrico, abriendo otro capítulo dentro del enfrentamiento entre las eléctricas y Ribera. El CEO de Endesa, José Bogas, ya criticó que “es menor al precio normal de los contratos a largo plazo”. Por su parte, el presidente y CEO de Iberdrola, Ignacio S. Galán, aludió a que España carece de “seguridad jurídica” y posee un elevado “riesgo regulatorio”, se cabreó ante la propuesta de Naturgy de que cada energía se cobre en el ‘pool’ según su coste real y ha llegado a plantear que se modifique la tarifa regulada… para abaratar el precio de la luz entre un 30% y un 40%

A todo esto se suma la carta a las secretarías de Estado de Energía de España y Portugal, así como a los supervisores bursátiles de cada país y al Comité Técnico del Mercado Ibérico de la Electricidad (MIBEL), a la que ha accedido Europa Press. En la misma, los operadores, algunas eléctricas y bancos alertaban de que “la potencial intervención del mercado no alineada con el resto de la UE originará un fuerte riesgo regulatorio, comprometiendo la necesaria credibilidad del proceso de formación de precios”, y también aluden a que “la ausencia de un régimen regulatorio claro, inequívoco e incuestionable de determinación del precio y con un periodo de aplicación limitado, provocaría una gran inseguridad y riesgo jurídico, en especial en lo que respecta a todos los contratos de derivados ya transaccionados”. Una carta que no parece importar a Ribera, que presume del acuerdo logrado.