Contábamos el viernes que Josep María Echarri y José Eulalio Poza habían vendido casi toda su participación de OHLA, a la que ha denunciado ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) por presuntas operaciones irregulares. El dueño de Inveready se liberaba de más de un 2% del capital en mercado, y Poza hacía lo propio, pero ninguno de los dos se lo vendía a José Elías, pese a los rumores de que quería aumentar su participación y volver al Consejo.

Pero a la vista de los resultados presentados por la compañía global de infraestructuras, menos mal que todos han huido. La empresa capitaneada por los Amodio obtuvo unas pérdidas de 21,8 millones de euros en los tres primeros meses de 2025, lo que supone ampliar los 'números rojos' de 4,7 millones de euros del mismo periodo del año anterior.

A cierre del primer trimestre, las ventas totales del grupo fueron de 783,1 millones de euros, en línea con las registradas en el primer trimestre de 2024. Las pérdidas se explican, según la compañía, por el impacto de 14,8 millones de euros derivado de los costes financieros vinculados a los bonos y los gastos de su última ampliación. Con todo ello, el resultado bruto de explotación (Ebitda) de la compañía fue de 26,7 millones de euros, lo que supone un aumento del 36,9%. En sus cuentas también hablan de la resolución del laudo de Kuwait, la cual consideran "abusiva y arbitraria". 

Otro punto curioso de sus cuentas es que el crecimiento de ventas es gracias al negocio de Construcción, "que continúa siendo el motor de los resultados"; representando el 93,4% de las ventas totales, ha registrado un incremento del 4,9%. Decimos curioso porque recordemos que en su hoja de ruta para el periodo 2025-2029 con un nuevo plan estratégico ya anunció que pondrían el foco en las concesiones, dejando a un lado la construcción, área con la que el negocio comenzó. A la vista de los resultados está por ver si la jibarización es la mejor idea para poder salvar OHLA. 

En cualquier caso, parece que estas cuentas no han gustado, y reciben su castigo bursátil en forma de desplome bursátil con las acciones cayendo durante toda la jornada, mientras el Ibex sigue subiendo un 1%.