Aludíamos en Hispanidad al fracaso de Reyes Maroto y Roger Torrent, porque los chinos de Great Wall Motors (GWM) rechazaran reindustrializar la Zona Franca de Barcelona. Sin embargo, al observar el calendario de los últimos meses, se constata que los chinos se han burlado de España y de su economía subvencionada, dando el portazo en vísperas de que Nissan ponga fin a la producción en sus tres plantas de Barcelona.

¿Casualidad? Claramente no. El fabricante de automóviles chino GWM era el candidato prioritario desde el pasado 1 de octubre, cuando oficializó su candidatura y se conoció la lista de candidatos. Tras esto, se entró a negociar con los distintos proyectos y en las últimas semanas los chinos tensaron las cuerdas: el 23 de noviembre anunciaron que se retiraban de la puja, obligando a que la mesa de reindustrialización lanzara una contraoferta mejorada (Gobierno y Generalitat elevaron las ayudas públicas a más de 100 millones de euros, el Consorcio de la Zona Franca rebajó el precio del alquiler y los sindicatos ofrecieron renegociar condiciones laborales).

La sintonía no suena demasiado bien para 2.525 empleados directos y 25.000 indirectos (muchos de subcontratas)

Claro que el golpe final de GWM llegó el pasado lunes, cuando mostraron su rechazo a reindustrializar la Zona Franca, relevando a Nissan. Y ojo, el momento elegido no ha sido baladí: justo dos días antes de la fecha en la que el fabricante automovilístico japonés detendrá la producción definitivamente... y 14 días antes de que cierre sus tres plantas barcelonesas. Este martes, los trabajadores han parado durante una hora la actividad para tener una asamblea y que el Comité de Empresa les diera información, un paro que se une al que ya tuvieron de hora y media el pasado 1 de diciembre. La representación de los trabajadores ha exigido concreción definitiva del plan alternativo para la reunión del próximo viernes, así como seguir manteniendo conversaciones constantes durante esta semana. Por su parte, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, guarda silencio, mientras el presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, ha recalcado que el Govern ha trabajado desde el primer momento con otros proyectos de reindustrialización de la planta de Nissan de la Zona Franca de Barcelona.

Veremos, pero la sintonía no suena demasiado bien para 2.525 empleados directos y 25.000 indirectos (muchos de subcontratas). Además, no hay que olvidar que el rechazo de GWM se ha conocido unos días después de que Maroto presumiera de que Bruselas había dado luz verde al Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica del Vehículo Eléctrico y Conectado (PERTE_VEC) por un valor de 3.000 millones, que se presentó hace cinco meses y que se financiará en parte con los fondos europeos Next Generation.