El Sanchismo está en descomposición, como les decíamos esta misma mañana. La economía con la vista puesta en una posible convocatoria de elecciones, que todo apunta que serán provocadas por el propio PSOE. Con todo lo que tiene encima el Gobierno, lo último que necesita es una medida impopular como es poner solución al estado de las carreteras. 

El caos ferroviario es más que evidente, pero la red de carreteras española no está mucho mejor. Así se desprende del estudio 'Necesidades de inversión en conservación 2025', realizado por la Asociación Española de la Carretera (AEC) y presentado por Juan Francisco Lazcano, Jacobo Díaz Pineda y Enrique Miralles, presidente, director general y director técnico de esa entidad, respectivamente.

Más de la mitad de las carreteras estatales, autonómicas y de las diputaciones forales -concretamente, 54.373 kilómetros, un 52% del total- presentan deterioros de gravedad, por lo que el déficit de conservación vial se aproxima a 13.500 millones de euros, necesarios para repararlas.

Y cuidado que vamos a peor, porque a este problema llegamos por la inacción de unos y otros. El anterior análisis de la AEC fue en 2022, donde encontraron 13.000 kilómetros de carreteras con deterioros muy graves en más del 50% de la superficie del pavimento.

Por lo que el nivel de deterioro ha ido en aumento: ahora hay 33.966 kilómetros con deterioros muy graves (un 251% más) que precisan una reconstrucción urgente en un plazo inferior a un año, ya que registran alteraciones muy serias, tanto estructurales (baches y piel de cocodrilo) como superficiales (grietas longitudinales y transversales, y descarnaduras). A los que hay que sumar otros 20.407 kilómetros más en los que es necesario actuar como mucho en cuatro años por presentar daños graves.

La AEC asegura que los firmes se encuentran en la peor situación desde que se llevó a cabo el último gran Plan General de Carreteras (1984-1991). Esta dejadez hace que el coste de reparación de las carreteras con deterioros graves o muy graves asciende al récord histórico de 13.491 millones de euros (4.721 millones para las carreteras estatales, un 53% más que en 2022, y 8.770 para las autonómicas y forales, un 37,6% más).

Por todo ello, Lazcano reclamó una “financiación clara y sostenida” para garantizar una adecuada conservación del patrimonio viario. “Sin presupuestos y sin dotaciones adecuadas, el deterioro será exponencial”, pidió “aprovechar” los fondos europeos para invertir en el mantenimiento de las carreteras y defendió “sistemas de tarificación por uso”.

En la misma línea, Seopan, la Asociación de Empresas Constructoras y Concesionarias de Infraestructuras, ha propuesto implantar un pago por uso en las carreteras españolas de 3 céntimos por kilómetro para vehículos ligeros y 14 céntimos para pesados, con el objetivo de financiar el déficit de conservación de casi 12.000 millones de euros

 

En su estudio presentado recuerdan que España es el único país de la Unión Europea cuya red de carreteras es mayoritariamente gratuita, concentrando el 68% de las autovías sin peaje de toda Europa. Y han criticado el agravio comparativo que esto supone con otros modos de transporte como el ferroviario, marítimo o aéreo, donde los usuarios sí pagan por utilizar las infraestructuras.

Seopan aglutina a empresas como Abertis, ACS, Ferrovial, Sacyr, Acciona, FCC, Globalvia, Itínere o Roadis, compañías que respaldan este modelo como fórmula. Como ya han dejado muchas de ellas claro, el último Manrique de Sacyr. 

Y es que el no pagar en una carretera a priori puede parecer una gran noticia, pero cuando esa carretera pasa a estar hecha un asco y no se mantiene y se descuida, vienen los problemas. Pero es que el del modelo vial español es un debate que lleva sobre la mesa más de 10 años, pero que ningún Gobierno se ha atrevido a afrontar por lo impopular de las medidas.  

Además, ya lo dijo el ministro Puente: "las carreteras no son gratis", pero "no se plantean el pago por uso". ¿Traducción? Que lo arregle el siguiente, a poder ser el PP, que así podemos acusarles de subir impuestos.