Emmanuel Macron se ha salido con la suya, pues al final no habrá MidCat. Y Pedro Sánchez y Antònio Costa se han rendido y han aceptado un Corredor de Energía Verde entre las ciudades de Barcelona y Marsella.

Los presidentes de Francia, España y Portugal se han reunido antes del Consejo Europeo y han acordado desarrollar un gasoducto marítimo como “la opción más rápida y eficiente para unir la Península Ibérica con Europa Central”, a pesar de que al MidCat sólo le faltaban por construir 226 kilómetros.

Recuerden que la construcción de este gasoducto terrestre se paró en 2019 porque resultaba menos rentable que comprar gas a Rusia, entonces mucho más barato que ahora. En aquel momento no se preveía una invasión rusa de Ucrania y el inicio de una guerra, que han implicado sanciones a Rusia y descenso en el suministro de su gas, algo que sobre todo afecta a Alemania, cobrando importancia el aumento de las interconexiones europeas en este contexto de crisis energética. Así, con el apoyo del canciller alemán, el “amigo Olaf” Scholz, Sánchez intentó resucitar el MidCat, que vendría bien para llevar gas español y portugués al centro de Europa, pero no contaba con la traición de su amigo Macron. Este no sólo se opuso al MidCat al considerarlo inviable, sino que consideraba que no serviría para resolver la crisis actual por sus tiempos de construcción, pero también pidió financiación europea y tener el control de la llave de paso, además viajó a Argelia y firmó una “asociación renovada”, mientras el ministro de Economía galo, Bruno Le Maire, presumía de que la luz en Francia sólo subía un 4%

La oposición de Macron al MidCat pudo verse hasta la misma víspera de su reunión con Sánchez y Costa, cuando insistió en que no tenía viabilidad medioambiental ni económica

La oposición de Macron al MidCat pudo verse hasta la misma víspera de su reunión con Sánchez y Costa, cuando insistió en que no tenía viabilidad medioambiental ni económica. Y es que tenía dudas de que dicho gasoducto pudiera ser usado para transportar hidrógeno verde en un futuro.

Este jueves, Sánchez ha olvidado las traiciones del amigo francés para firmar junto a Macron y Costa un acuerdo para desarrollar un Corredor de Energía Verde entre Barcelona y Marsella. Los tres apuestan por adaptar técnicamente estas infraestructuras de hidrógeno para transportar otros gases renovables, así como una proporción limitada de gas natural como fuente de energía temporal y transitoria. Sin embargo, no se han dado a conocer los plazos de construcción ni los costes… y no hay que olvidar que el hidrógeno verde es una energía aún bastante incipiente que todavía es cara de producir y no ha alcanzado el nivel suficiente para ser rentable. Y por cierto, un gasoducto marítimo es más complejo de construir que uno terrestre.