Junta de Accionistas del Banco Santander, en Madrid. Desde que ocupa la Presidencia, nunca como este 31 de marzo, tras ocho años y medio como presidente del Santander, se había presentado Ana Patricia Botín-Sanz de Sautuola O'Shea con tanto poderío ante sus accionistas. 

Tiene razones para ello. Estamos ante una de las mujeres más poderosas del mundo y, sobre todo, gracias a su renacido feminismo y su preocupación por el planeta Tierra, se ha convertido en uno de los puntales del Nuevo Orden Mundial (NOM).

España cada vez representa menos para Ana Botín. Eso sí, se cuidará mucho de caer en tentaciones a lo Ferrovial

La cosa tiene su gracia porque, hasta hace bien poco, el Nuevo Orden era una especie de concepto maldito, algo propio de conspiranoides, etc. Sin embargo, en muy poco tiempo ha sido oficializado por políticos y empresarios, a veces sin el menor pudor. 

Ejemplo: en la misma mañana en la que Ana Botín se dirigía a sus accionistas en Madrid, su 'enemigo' Pedro Sánchez, ese que asegura que si no sigue el camino de botines y galanes entonces es que va por buen camino, hablaba desde Pekín... del Nuevo Orden. Según Sánchez, en ese Nuevo Orden, no se debe dejar a China a un lado (como si alguien fuera capaz de eso). 

La verdad es que en esta lucha por ser alguien en el Nuevo Orden Mundial (NOM) el despistado Sánchez sólo estaba rectificando 180 grados, su actitud inicial en China, aún más servil con Pekín el jueves que el viernes, según las pautas marcadas horas antes por Ursula Von der Leyen, mucho más dura con Xi Jinping

Botín y Grisi vuelven a poner el foco en la banca doméstica... que es donde está el problema. Botín asegura que el cliente está contento. No es verdad

En cualquier caso, Ana Botín se ha convertido en un puntal de ese Nuevo Orden Mundial, donde Sánchez no pinta un pimiento. La presidenta del Santander ha sido la estrella de la última convocatoria en Davos, donde brilló con luz propia. Hoy es el enlace con el poder anglosajón del México de AMLO y del Brasil de Lula

Eso sí, para ser aceptada en la cúspide del globalismo, Botín ha tenido que convertirse en apóstol del feminismo y en patriarca de la sostenibilidad y del cambio climático. 

En plena junta insistió una y otra vez en que el 40% de los miembros de su Consejo de Administración son mujeres (o sea, que estaba cumpliendo la ley) aunque no parece tener el mismo éxito en plantilla, donde las mujeres no llegan al 30%.

Incluso insistió en el el embuste habitual de la propaganda feminista, y cifró en un 30% la brecha salarial ente hombres y mujeres, aunque por mor de su cargo, ella sabe perfectamente que las mujeres, en puesto semejante y con similares hora de trabajo -este punto es clave- ni de broma cobran menos que los hombres.  

En cuanto a lo de la sostenibilidad ya saben que todos los empresarios del Ibex hacen lo propio: convertir la necesidad en virtud, el negocio en filantropía. Así, Ana Botín asegura que el Santander es líder mundial como prestamista de energías renovables. Naturalmente, doña Ana, dadas las subvenciones con las que se está apoyando la lucha contra el cambio climático, usted esta haciendo un espléndido negocio con sus créditos a, por ejemplo, la energía verde.    

En cualquier caso, Ana Botín probablemente sea hoy el español más poderoso dentro del Nuevo Orden, en el mundo de la globalización. Mucho más que lo fue su padre, porque don Emilio tenía tendencias que no son del todo aplaudibles en la 'galaxia NOM'. Por ejemplo, seguía siendo católico... y encima católico de los de antes, el mismo que se negó a abrir una capilla multiconfesional en la Ciudad Santander: el estrenó Boadilla del Monte con una capilla dedicada a la Bien Aparecida, la advocación mariana patrona de Cantabria.  

En defensa de la banca: en 2022, un tercio del beneficio bruto fue a pagar impuestos, un tercio a capital y un tercio a los accionistas

En cualquier caso, Pedro Sánchez puede lanzar diatribas populistas contra Ana Botín, pero sabe que ella, sólo desde el Consejo de Coca-Cola, es más poderosa que él. Y conste que ha rechazado otros consejos y cargos en organismos internacionales, ya sea por incompatibilidad ya sea por falta de tiempo.

Tanto es así, que España cada vez representa menos para Ana Botín. Eso sí, se cuidará mucho de caer en tentaciones a lo Ferrovial. Puede que España represente cada vez menos en su universo mental y de negocio, pero el 'bancuco' nació en Santander, que conste. 

Sobre negocio no se habló mucho en la Junta. Botín y Grisi vuelven a poner el foco en la banca doméstica... que es donde está el problema. Y aunque Botín asegura que el cliente está contento... no es verdad

Para terminar, Botín ha hecho una buena defensa del sector y de su Grupo: en 2022, recuerda, un tercio del beneficio bruto fue a pagar impuestos, un tercio a capital y un tercio a los accionistas.