
Entre los meses de septiembre y principios de enero, tiene lugar la campaña de Navidad en el sector del juguete, una temporada que supone más del 50% de sus ventas anuales en España. En este contexto tan clave para el sector, la juguetera italiana Giochi Preziosi ha pedido el preconcurso de acreedores de Famosa... y justo meses después de llegar a barajar su venta a principios de año por su deuda.
Recuerden que la deuda es uno de los aspectos que motiva que una empresa acabe cambiando de manos... y en demasiadas ocasiones, lo aprovechan los fondos de capital riesgo. Algo de lo que no se ha librado Famosa, dueño de juguetes tan famosos como: las muñecas Nancy y Chabel; los muñecos Nenuco, Barriguitas, PinyPon y Los Bellies; y otros asociados a contenido digital y series de televisión. Además, no hay que olvidar su famoso anuncio de 1972, con una canción que no ha pasado de moda: “Las muñecas de Famosa se dirigen al portal...”.
Cabe referir que la historia de Fábricas Agrupadas de Muñecas de Onil S.A. (Famosa) surgió en 1957 como una asociación de 25 pequeñas empresas dedicadas a fabricar muñecas en Onil (Alicante), con Isidro Rico como su primer director general. Eso sí, los orígenes jugueteros en dicho municipio se remontan a finales del siglo XIX, cuando Ramón Mira Vidal, empezó a fabricar muñecas con barro... y a mediados del siglo XX, el negocio tendría un gran avance al aparecer el plástico, un material más barato y moldeable, y menos frágil.
Como sucede en las empresas familiares, donde los problemas no vienen con la segunda generación sino a partir de la tercera... en el caso de Famosa se iba haciendo cada vez más difícil la unión de más de una veintena de pequeñas empresas. Así, acabó siendo comprada por un grupo inversor que controlaban Inveralia y Torreal (la sociedad patrimonial de la familia Abelló) en 2002. Más adelante, en 2005, la juguetera fue adquirida por Vista Capital, el fondo del Banco Santander, por 80 millones de euros de capital y 75 millones de deuda; como el horizonte de inversión de los fondos suele ser de unos cinco años, y sumando además graves pérdidas económicas, en 2010, Vista Capital dio el pase a Famosa, que pasó a manos del fondo estadounidense de capital riesgo Sun Capital Partners. Este último permaneció más tiempo en la juguetera alicantina, pero decidió venderla en 2019 y la compró la juguetera italiana Giochi Preziosi, la cual había sido fundada por Enrico Preziosi en 1978. Dicho empresario italiano se convirtió en presidente de Famosa en 2023.
En los últimos años, el sector del juguete ha ido afrontando cada vez más dificultades en nuestro país, debido a las grandes importaciones del continente asiático (sobre todo de China), su fuerte estacionalidad, el desplome de la natalidad, el menor tiempo de juego (por ejemplo, hace décadas no había tantas actividades extraescolares para los niños), así como el auge de las nuevas tecnologías y las pantallas. Los juguetes tradicionales han ido perdiendo terreno frente a los dispositivos electrónicos, aunque han encontrado un fuerte tirón entre los adultos con las colecciones, que ya suponen el 20% de las ventas del sector. Y a este delicado contexto, se suma la fuerte competencia desde China, por ejemplo, a través de los exitosos muñecos Labubu.
En el caso de Famosa, la deuda tampoco ha sido de ayuda. Su matriz italiana puso en marcha un plan de reestructuración el año pasado, pero aún no la ha concluido, mermando la liquidez. Una situación financiera delicada que llevó a que a principios de año llegara a plantearse la venta de Famosa, así como a conversar con los bancos acreedores para extender el vencimiento de su deuda. Ahora, para protegerse ante los acreedores, Giochi Preziosi ha pedido el preconcurso para la juguetera española, una figura de la que se está abusando bastante en nuestro país (algo de lo que se han quejado los jueces), y que impone una serie de condiciones, que de no cumplirse provocan que se declare el concurso de acreedores. Eso sí, en este caso, puede haber algo de trampa, pues la juguetera italiana espera que el preconcurso sea una “situación excepcional” y se resuelva a corto plazo, y además, no duda de la continuidad del negocio.












