Ucrania fue invadida por Rusia el pasado 24 de febrero: así se inició un conflicto a las puertas de Europa
El pasado 24 de febrero casi todos los ojos se posaron en la inversión rusa de Ucrania y el inicio de una guerra en dicho país, a las puertas de Europa, pero ahora, más de 160 días después, ya no abre los informativos ni ocupa grandes espacios en las portadas de los periódicos. Con los Estados miembro de la Unión Europea adoptando planes para ahorrar energía, y entre ellos, las ‘grandes’ medidas de España, el sector energético teme que para poner fin a dicho conflicto se opte por un acuerdo lento, porque aumentaría la especulación (y con ella, el precio) y el acaparamiento de gas.
Se trataría de una de las tres opciones que baraja el sector. La mejor sería que se lograra un acuerdo rápido y que Rusia restableciera el suministro de gas que aportaba con anterioridad al conflicto (el 40% del que consumía la UE). Sin embargo, esto chocaría con el orgullo occidental, en el que destaca el hecho de que Joe Biden ha convertido a Vladimir Putin en su enemigo número uno, y EEUU está sacando una jugosa tajada del conflicto, pues ha disparado sus importaciones de combustibles fósiles (petróleo y gas) y en especial, de gas natural licuado, que cuesta más del doble que el gas procedente de gasoducto. Claro que no parece que haya ganas de un acuerdo rápido.
Por su parte, la peor opción sería que no se llegara a ningún acuerdo y sería la peor posible. Parece que Putin se está cansando del conflicto… En una entrevista con el semanario alemán Stern, su amigo, el excanciller alemán Gerhard Schröder, ha afirmado que Putin quiere una “solución negociada”, y ha calificado como “éxito” el acuerdo que ha permitido desbloquear las exportaciones de cereales ucranianos. Además, ha apuntado que “tal vez sea el momento de empezar a trabajar para lograr una tregua” y que debería ponerse en funcionamiento el gasoducto Nord Stream 2, cuya entrada en funcionamiento se suspendió por la guerra.