Gestamp ha arrancado a medio gas en 2021. Y es que ha retomado el dividendo (al que destinará el 30% de lo ganado), tras volver a beneficios y elevar ingresos muy por encima del mercado, pese a la menor producción por culpa de la crisis de chips.

El fabricante de componentes metálicos automovilísticos ha tenido un beneficio neto de 155 millones, frente a las primeras pérdidas de su historia que tuvo en 2020 (-71 millones), pero aún inferiores a los 212 millones que ganó en 2019. El Ebitda ha aumentado un 31,7%, a 998 millones, y se ha quedado ligeramente por debajo del de 1.072 millones obtenido hace dos años, mientras el margen Ebitda ha subido al 12,3%, por encima del objetivo (12%) y del 10,2% registrado en 2020.

Los ingresos se han situado en 8.093 millones, superando los de 2020, pero aún menores a los de 2019 (9.065 millones). Eso sí, han crecido muy por encima del mercado automovilístico (+3,1%): un 8,54% en términos reportados y un 11,2% a tipos de cambio constantes

Los ingresos se han situado en 8.093 millones, superando los del año anterior pero aún inferiores a los de hace dos (9.065 millones). No obstante, conviene destacar que han crecido muy por encima del mercado automovilístico: un 8,54% en términos reportados y un 11,2% a tipos de cambio constantes, frente a un mercado que sólo ha tenido un alza del 3,1%. Todo ello, pese a tensiones inflacionistas en las materias primas y en los costes logísticos, así como a la crisis de chips, que ha lastrado la producción en casi 12 millones de coches menos que en 2019, situando la cifra total en 77,1 millones de vehículos, y con la previsión de recuperar los niveles preCovid en 2023.

Francisco José Riberas ha pasado de cobrar 576.000 euros el año pasado, cuando se bajó el sueldo un 50% por el Covid, a 1,026 millones (+76%), por tanto ha recuperado la rebaja y también ha tenido recompensa por la buena gestión

Gestamp no sólo ha logrado mejorar las principales magnitudes de la cuenta de resultados, sino también su cifra de deuda neta, que ha bajado un 8,8%, a 2.266 millones, gracias a una generación de caja de 248 millones, al tiempo que ha seguido elevando las inversiones (+6,5%, a 531 millones).Y ante las mejoras, el presidente ejecutivo, Francisco José Riberas, que a finales de 2020 recuperó todo el poder ejecutivo y a finales de 2021 se convirtió en presidente de la Asociación Española de Proveedores de Automoción (Sernauto), ha recibido premio: ha pasado de cobrar 576.000 euros el año pasado, cuando se bajó el sueldo un 50% por la pandemia, a 1,026 millones (+76%, por lo que ha recuperado la rebaja del año anterior y encima ha recibido recompensa por la buena gestión). Por su parte, su hermano, vicepresidente y consejero dominical, Juan María Riberas, ha pasado de 81.000 euros a 95.000 (+17%); mientras Francisco López Peña, que renunció a ser CEO, ha cobrado la mitad (317.000 euros, un 56% menos frente a los 724.000 de 2020). En total, se destinaron 2,36 millones a remunerar a los consejeros de Gestamp, un 13% más que el año anterior.

Conviene tener en cuenta que la familia Riberas es el principal accionista de Gestamp a través de Acek Desarrollo y Gestión Industrial, que controla el 72,966% del capital. Asimismo, Acek es el primer accionista de la multinacional vasca de componentes de automoción CIE Automotive, con un 15,693% del capital.