General Electric sale de pérdidas y aumenta ingresos en el primer trimestre, tras escindir el negocio de salud. Sin embargo, no ha logrado premio bursátil: su cotización baja un 2%.

El conglomerado industrial estadounidense con sede en Boston ha apostado fuerte por el ‘esquema Villalonga’, es decir, el mismo que Juan Villalonga puso en marcha cuando presidía Telefónica, bajo el principio infundado y muy anglosajón, de que la suma de las partes vale más que el todo. Su plan es dividirse de forma progresiva en tres compañías: una de salud (cuya escisión se ha completado en el primer trimestre y de la que General Electric mantendrá una participación del 19,9%), otra que combine los negocios energéticos y digitales (la cual se escindirá a principios del año que viene) y otra centrada en aviación. “En general, General Electric está creando valor ahora y de cara al futuro a medida que preparamos a estas franquicias líderes para ser compañías independientes a inicios de 2024”, ha destacado su presidente y CEO, y también responsable de la división aeropespacial, Lawrence Culp.

Volvamos a los resultados. El conglomerado industrial ha tenido un beneficio neto de 5.891 millones, diciendo adiós a las pérdidas de hace un año. Por su parte, los ingresos han aumentado un 14%, a 13.145 millones, de los que 5.359 millones se deben a extraordinarios por valores de rentas variables. Cul ha destacado la evolución de los ingresos de la división aeroespacial (+14%, a 7.452 millones), la rama de energías renovables (+92%, a 4.856 millones) y la del sector eléctrico (3.761 millones, -0,3%).