Ignacio S. Galán se ha enfadado con Rafael del Pino y Calvo-Sotelo, pues en sus planes estaba que Iberdrola fuera la primera empresa española que cotizara en Wall Street. Y su cabreo supera al que se hayan podido coger dentro del Gobierno con Ferrovial por anunciar su marcha de España.

El presidente ejecutivo de Iberdrola es muy suyo, como saben, y el mejor pagado de nuestro país, pero al mismo tiempo nadie le puede discutir que es un buen gestor y que se ha buscado las mañas para seguir al frente muchos años más y mandando lo mismo. Para esto último, y al mismo tiempo para ceder ante los mercados y acallar a los fondos de inversión presentes en el accionariado de Iberdrola (en especial, a BlackRock), sirvió el nombramiento de un CEO hace unos meses (cargo para el que se eligió ascender Armando Martínez)... que no será el sucesor de Galán.

Iberdrola, como el resto de empresas del Ibex, tiene sus planes de contingencia, por si fuera necesario activarlos, como ha hecho Ferrovial: son secretos en todos los casos, excepto en el de los bancos, que deben presentarlos y depositarlos en el Banco Central Europeo porque así se lo impone la normativa. Para la eléctrica sería fácil la mudanza, gracias a que se ha dotado de una estructura jurídica y societaria muy movible por la que puede ser, por ejemplo, alemana, mañana mismo. Unos planes que, por cierto, tienen su origen remoto en las medidas que adoptaron muchos bancos cuando llegó el socialista Felipe González al Gobierno en 1982, por si este decidía nacionalizar la banca: en aquel entonces, los bancos cogieron parte de sus acciones y las depositaron en sociedades fuera de España, por ejemplo, en Suiza, para estar "preparados".

Tras años de tranquilidad, con el procés catalán, se produjo una gran fuga de empresas de Cataluña y muchas de ellas se plantearon la pregunta de si las cosas se podrían poner mal también en el conjunto de España, adoptando planes de contingencia, que se han mantenido durmientes hasta hace unos meses. Tras los ataques del Gobierno a numerosos empresarios (Ana Botín, Ignacio S. Galán y Juan Roig, entre otros), la elevada cantidad de nuevos impuestos y de regulaciones, la burocracia reinante en el Sanchismo o el caos para administrar los fondos europeos y los permisos de las iniciativas de los distintos PERTE lanzados, muchos de estos planes de contingencia se han sacado del cajón. Han pasado de durmientes a previsibles.

Hasta ahora, sólo Ferrovial se ha atrevido a dar un paso más y activarlo, negándose a dar marcha atrás, y después de las muchas críticas, la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, vende la mentira de que el grupo de infraestructuras ha rectificado y no se queja de la estabilidad jurídica. Todo ello después de que desde Ferrovial, su director de Comunicación y Reputación Corporativa, Juan Francisco Polo, refiriera que el traslado a Países Bajos no responde a una menor estabilidad jurídica en España, que “está a la altura de las mejores del mundo y de todos los países europeos” ni tampoco a un interés personal personal tributario de ninguno de sus consejeros (incluido su presidente ejecutivo, Rafael del Pino). Jamás han dicho lo contrario. el que lo ha dicho es Ignacio Galán. Al hilo de esto conviene referir que Países Bajos no es un paraíso fiscal para las personas jurídicas, pero sí para las empresas, que gozan de menor fiscalidad, al igual que sucede en Irlanda y Luxemburgo... mismamente las otras alternativas en el plan de contingencia de Ferrovial como posible sede social de la compañía. 

En relación a cotizar en EEUU, cabe destacar que es entendible porque allí las empresas encuentran una mejor y más barata financiación. Eso sí, allí no les gustan las empresas familiares sino las que están controladas por el mercado y en esto Iberdrola le saca puntos a Ferrovial: la eléctrica tiene como primeros accionistas al fondo soberano de Catar -QIA- y a BlackRock, seguidos de otros muchos; mientras el grupo de infraestructuras está controlado por la familia Del Pino y Calvo-Sotelo (Rafael posee el 20,445% del capital; María, el 8,205%; y Leopoldo, el 4,154%), seguida del inversor Chris Hohn y su fondo The Children’s Investment (TCI), entre otros. Además, Galán, que sí se ha quejado en repetidas ocasiones de la inseguridad jurídica en España, es un gran gestor que ha convertido a Iberdrola en la primera eléctrica europea en capitalización y la segunda del Ibex y del mundo, mientras Rafael del Pino y Calvo-Sotelo heredó la empresa que fundó su padre. 

En definitiva, ¿podría haber más huidas empresariales de España? Por supesto que podría haberlas. Por ejemplo, si  el gobierno socio-podemita repite. Y conste que planes de contingencia tiene todo el mundo.