A Ignacio S. Galán, presidente y CEO de Iberdrola, le gusta repartir y quitar cargos, todos menos el suyo, claro está, pues se sigue resistiendo a la presión, en especial a la de BlackRock, para que nombre un CEO. Ángeles Santamaría dejará de ser CEO de Iberdrola el próximo septiembre.

Esta ingeniero industrial de 61 años lleva al frente de la filial de nuestro país desde febrero de 2018 y cuenta con una trayectoria de dos décadas en la eléctrica. Todo apunta a que su sustituto será el chileno Mario Ruiz-Tagle, cuya figura ha emergido en las últimas semanas con su traslado a España y el debut bursátil en Latibex de Neoenergia, la filial brasileña que dejará de dirigir el próximo 15 de julio. Al mismo tiempo, el yerno de Galán, David Mesonero, podría asumir el puesto de director de Desarrollo Corporativo de Iberdrola, que ha quedado vacante con el nombramiento de Pedro Azagra como nuevo CEO de la filial estadounidense (Avangrid): Mesonero fue número dos de este hasta julio de 2021, cuando dejó la eléctrica para ser director financiero de Prisa, y ahora ha emprendido el viaje en sentido contrario.

El 'proxy' Corporance recomienda votar en contra de las remuneraciones y la gestión del Consejo por el efecto reputacional del ‘caso Villarejo’, y también critica la pasividad ante la ausencia de un plan de sucesión “transparente”

Paralelamente, Galán está en modo de ruptura total con el Gobierno Sánchez y afrontará otra Junta de Accionistas difícil el próximo viernes 17 en Bilbao y será la primera empresa que también la celebre en el metaverso. Ya ha logrado el favor del proxy advisor ISS, el mayor del mundo, pero no de Glass Lewis ni de Corporance, y encima se llevó una bronca del emir de Catar en su visita oficial a España hace casi un mes (ojo, porque el fondo soberano catarí -QIA- es el principal accionista de la eléctrica, con un 8,694% del capital). En el caso de Corporance hay que destacar que no sólo recomienda votar en contra de las remuneraciones, sino también de la gestión del Consejo por el efecto reputacional del ‘caso Villarejo’ y critica la pasividad ante la ausencia de un plan de sucesión “transparente”. Es cierto que en la Junta de 2019, Galán fue reelegido por otros cuatro años (es decir, hasta 2023), pero se mostró dispuesto a quedarse diez años más y refirió que Iberdrola tenía planes de sucesión definidos a todos los niveles (incluido el de presidente) y muchos retoños en la casa; y en la Junta de 2020 se blindó en la presidencia ante el ‘caso Villarejo’ por mayoría búlgara (99,9%)

Entre tanto reparto de cargos, entre los que permanecen, además del propio Galán (actualmente tiene 71 años y cumplirá 72 el próximo 30 de septiembre), está su segundo hijo, José Ignacio Sánchez-Galán García-Tabernero, director de Compras Globales de la eléctrica, y José Sainz Armada, director de Finanzas. De este último ya se apuntó en 2018 que se perfilaba como sucesor de Galán. Ahroa ya no.