Horas después del último Consejo Europeo, al que no sólo asistieron los líderes de los 27 Estados miembros, sino también el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, se conoció que España ahorró algo en enero en el suministro de gas. Y es que Argelia volvió a ser nuestro primer proveedor, según el último boletín estadístico publicado por Enagás, y lo envío todo por el gasoducto Medgaz.

Una pequeña alegría, pese a que la crisis diplomática entre España y el país africano continúa, y Pedro Sánchez sigue rindiéndose ante Marruecos como se vio la semana pasada, pese a recibir plantón de Mohamed VI. En concreto, Argelia nos ha enviado 8.545 gigavatios-hora (GWh) de gas, representando el 25% del total, y todo ha llegado a través del gasoducto Medgaz, es decir, ha costado bastante menos que el caro gas natural licuado (GNL) que suministran muchos países (principalmente EEUU, siendo un gran negocio y que se extrae principalmente mediante fractura hidráulica, técnica prohibida en España y en otros países europeos). Eso sí, la cifra de 8.545 gigavatios-hora (GWh) es algo inferior a la de hace un año.

Rusia sigue siendo nuestro cuarto proveedor de gas: ha enviado 6.372 GWh, casi tres veces más que hace un año, y se ha tratado de caro GNL, algo que se conocía horas después de que Sánchez le mostrara el apoyo de España y Europa a Zelenski “en su lucha por la libertad”

El país de Joe Biden ha pasado al segundo puesto, aunque cerró 2022 como nuestro primer proveedor de gas y segundo de crudo. Envío a nuestro país 7.102 GWh de caro gas natural licuado (GNL), el cual cuesta más del doble que el gas procedente de gasoducto, aportando el 20,7% del total. Esos 7.102 GWh suponen casi la mitad que hace un año, cuando envió 13.103 GWh.

Tras los descensos de los suministros de los dos principales aportadores, llegan los aumentos de los de otros países, como Nigeria… y Rusia. ¡Olé, Sánchez! Recuerden que este último país se mantuvo como cuarto proveedor de España en 2022, pero enviando 1,5 veces más… y eso que Sánchez no iba a contribuir a que Putin financiara la guerra en Ucrania. En enero, Rusia sigue ocupando dicha posición, enviando 6.372 GWh, casi tres veces más que hace un año, y se trataba de caro GNL, algo que se conocía horas después de que Sánchez le mostrara el apoyo de España y Europa a Zelenski “en su lucha por la libertad”. ¡Qué bonito, Sánchez!

Y quizá como cierto lavado de cara, en la tarde del viernes 10, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha prohíbido la entrada del buque Maersk Magellan al puerto de Tarragona por transportar hidrocarburos (en concreto gasoil) procedentes de un buque ruso, cumpliendo una norma europea que se extiende a buques rusos que hayan cambiado de bandera después del 24 de febrero de 2022 (es decir, tras el inicio de la invasión rusa de Ucrania y la guerra en ese país). El buque en cuestión, de bandera de Singapur, llevaba carga que tenía como origen un buque de bandera de Camerún (el Nobel), que antes del pasado 1 de julio tenía bandera de Rusia. No es la primera vez que la Administración marítima española prohíbe la entrada a puerto español de un buque cuya mercancía procede originalmente de un buque de bandera rusa, pues ya lo hizo con el Black Star, de bandera de Malta, el pasado abril.