Nueva cifra más alta de la serie histórica del Gobierno, esta vez, en recaudación tributaria, que se dispara un 20% hasta alcanzar la cifra récord de 54.749 millones de euros de ingresos tributarios, respecto a los 45.530 millones que se anotaron entre enero y marzo del pasado año. Lo que significa un aumento de casi 10.000 millones de euros.

Estos datos revelan una presión fiscal récord y un esfuerzo fiscal disparado. El esfuerzo fiscal mide los impuestos que cada contribuyente paga con su salario, la relación entre recaudación y renta percapita. Recordemos que el pasado mes de diciembre, el Instituto de Estudios Económicos (IEE), hacía público el informe elaborado con las cifras de Tax Foundation, de Estados Unidos, sobre el Índice de Competitividad Fiscal (ICF) que pone en perspectiva la fiscalidad de los diferentes países de la OCDE midiendo la competitividad de sus respectivos sistemas tributarios. España quedaba en la posición 30 de 37, lo que soponía una pérdida notable de competitividad fiscal, , posición que va a peor y seguirá empeorando si se continúa con continuadas subidas de impuestos. 

Además, el IEE desarrollaba, a partir del ICF, un indicador denominado Indicador de competitividad fiscal comparada. En 2021, dicho indicador para España se situaba en 112,8 puntos, es decir, un 12,8% más elevada que la media de la UE, y también mayor que los 110,5 puntos del año 2020, donde soportaba una presión fiscal normativa un 10,5% superior a la del promedio de la UE. La situación de España es también un 12% peor a la del promedio de los países de la OCDE, que tiene 100,8 puntos.

La Agencia Tributaria justifica los disparados ingresos tributarios a la escalada de la inflación y los precios, lo que ha provocado incrementos de dos dígitos en los ingresos del IVA o el IRPF. En concreto, del total de los ingresos obtenidos, 23.586,2 millones de euros están vinculados directamente al IVA, lo que supone un incremento del 21% respecto a los 19.400 millones de euros registrados en el primer trimestre del pasado año. 

Una de las razones que hay tras la subida está en las retenciones del trabajo. Así, 26.616 millones de euros del total de la recaudación, lo que supone el 48% del total, se explica por el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF). Esta cifra supone el alza del 11,8% en las retenciones del trabajo y actividades económicas, con crecimientos altos tanto en el sector privado como el sector público. Por un lado, el organismo apunto un aumento del 8,7% en los ingresos procedentes de asalariados de grandes empresas. En el caso de las pymes, aportan un 18,1%, y por parte de las administraciones públicas, las retenciones aumentaron un 11,6%.

En cuanto a los impuestos especiales, los ingresos totales crecieron un 7,2%, lo que supuso una pérdida de 492 millones hasta marzo, debido principalmente a la rebaja del tipo en el Impuesto sobre la Electricidad. Por su lado, en las retenciones sobre el capital, las del mobiliario mostraron una caída del 20%, mientras que las retenciones sobre arrendamientos crecieron un 10,3%. 

En el conjunto del año, Hacienda estima que la recaudación aumente un 7,5% hasta alzanzar los 317.657 millones, con incrementos del 7,7% en Renta y Patrimonio, hasta los 163.722, y del 7,6% en los de la Producción, con especial auge en el IVA con una inflación que estiman en torno al 6%.

Teniendo en cuenta los desmesurados ingresos tributarios, podemos observar que España realiza un esfuerzo fiscal muy superior al promedio de la OCDE... en contra de lo que predica la ministra de Hacienda, Maria Jesús Montero.