A Engie le van bien los altos precios de la energía, como se refleja en sus resultados de los nueve primeros meses y también se apreció en los del primer semestre. Y el mercado -por tanto los inversores- lo ha celebrado: la cotización sube un 4,6%, después de presentar un fuerte aumento resultado bruto de explotación (Ebitda) y también del resultado neto de explotación (Ebit), aunque la deuda ha vuelto a crecer.

La energética francesa, participada por el Estado galo (dueño del 23,6%), ha logrado un Ebitda de 10.700 millones, lo que supone un 48% más que hace un año y un 45% en térmicos orgánicos. Por su parte, el Ebit se ha disparado un 84% en términos brutos y un 79% en orgánicos, a 7.300 millones, gracias al crecimiento en la mayoría de las actividades, especialmente en el negocio de trading, o sea, en el de comercialización (2.000 millones, seis veces más que hace un año, por el encarecimiento de los precios energéticos y la mayor demanda por el tema de la seguridad de suministro). Redes, renovables, térmica y suministro, y nuclear fueron las actividades con más contribución al Ebit: redes se mantuvo bastante estable, pero el resto aportaron bastante más, especialmente la nuclear, que pasó de 401 millones a 984 millones.

Redes, renovables, térmica y suministro, y nuclear fueron las actividades con más contribución al Ebit: redes se mantuvo bastante estable, pero el resto aportaron bastante más, especialmente la nuclear, que pasó de 401 millones a 984 millones

Respecto a los ingresos, la cifra total asciende a 69.344 millones hasta septiembre, tras dispararse un 85,3%, destacando la elevada cifra obtenida por la división de trading, con 36.600 millones, el doble que hace un año por los mayores precios de las materias primas, los mayores volúmenes y la alta volatilidad. Le siguió la división de suministro, principalmente de gas, con unos ingresos de 10.700 millones, un 68,2% superiores por el encarecimiento de este hidrocarburo y la mayor demanda.

Engie ha señalado que a finales de septiembre tenía cubierta el 70% de su producción de 2023 a 81 euros/megavatio hora (MWh), un precio un 50% superior al de hace un año. Eso sí, la deuda finaciera neta ha vuelto a aumentar, en concreto en 2.200 millones, hasta los 27.600 millones. Y en parte, se debe al aumento de las inversiones, sobre todo, en renovables.

La compañía que tiene como CEO a Catherine MacGregor ha mejorado sus previsiones anuales y ha reafirmado su política de dividendos, tras las buenas cifras presentadas y culminar la venta de Equans (su filial de servicios técnicos) al grupo industrial francés Bouygues a principios del pasado octubre. Recuerden que no ha sido su primera desinversión y que tiene una larga historia: tiene su origen en la primera mitad del siglo XIX y en su historia más reciente, destaca el acuerdo de fusión entre Gaz de France y Suez en 2007, dando lugar a GDF Suez, un nombre que cambiaría en 2015 pasando a ser sólo Engie, dos años después de finalizar el acuerdo de accionistas con Suez Environnement, y a finales de 2020 vendió su 29,9% de Suez a Veolia, y esta última ha acabado comiéndose a Suez hace unos meses.