Engie saca rédito de los altos precios de la energía, según sus resultados del primer semestre. Y es que no sólo ha ganado más del doble que hace un año, sino que ha disparado Ebitda e ingresos… aunque también ha crecido su elevada deuda. Y lo primero ha recibido premio bursátil: su cotización ha subido más de un 3%.

La energética francesa, participada en un 23,6% por el Estado galo, ha tenido un beneficio neto de 5.012 millones de euros hasta junio, lo que supone más del doble que hace un año. Por su parte, el beneficio bruto de explotación (Ebitda) ha pasado de 5.200 millones a 7.500 millones, por tanto, ha crecido un 44,3%; y el beneficio neto de explotación o beneficio operativo (Ebit) ha ascendido a 5.300 millones, un 75% superior al de hace un año (3.000 millones) con alzas en la mayoría de las actividades.

cifras semestrales de Engie

Engie ha disparado sus ingresos un 72,3%, hasta 43.167 millones. El negocio de gestión global de energía y de generación nuclear ha aportado 20.077 millones (+134%); el de suministro eléctrico, 8.169 millones (+69,3%); el de soluciones de energía, 5.587 millones (+18,5%); el área de redes, 3.650 millones; la de generación térmica, 3.222 millones (+90%); y la de renovables, 2.485 millones (+60,4%).

Ingresa 43.167 millones (+72%), destacando la aportación del negocio de gestión global de energía y de generación nuclear (20.077 millones, un 134% más) y el crecimiento en generación térmica (+90%) y suministro eléctrico (+69%)

La compañía que tiene como CEO a Catherine MacGregor también ha presentado un aumento de su elevada deuda financiera neta, que se ha situado en 26.300 millones, siendo 1.000 millones superior a la de finales de 2021. Eso sí, ahora se mantiene por debajo de la capitalización bursátil (30.150 millones), no como al final del primer trimestre. La energética ha afrontado mayores costes: las compras de materia prima y derivados operativos han ascendido a 27.685 millones (+81%) y el pago de impuestos especiales sobre su actividad energética ha sido de 1.520 millones (+68%), aunque los costes de personal descendieron un 1% a 3.903 millones. Eso sí, ha mejorado el flujo caja de las operaciones a 6.800 millones (+59%) por el crecimiento del margen al monetizar 700 millones del escudo tarifario de gas francés.

Engie ha jugado un papel activo para garantizar la seguridad energética del suministro: ha reducido su exposición al gas ruso y ampliará sus medidas ante la crisis energética apoyando a sus 880.000 clientes con cheques de 100 euros y un fondo de 60 millones para pequeñas y medianas empresas. Además, del mayor crecimiento en energías renovables, donde ya tiene 36.000 megavatios (MW); se han iniciado discusiones con el Estado belga para evaluar la viabilidad y los términos para extender la vida útil de dos reactores nucleares y espera culminar la venta de Equans (su filial de servicios técnicos) al grupo industrial Bouygues en el segundo semestre. No es su primera desinversión, recuerden que esta energética francesa tiene su origen en la primera mitad del siglo XIX y en su historia más reciente, destaca el acuerdo de fusión entre Gaz de France y Suez en 2007, dando lugar a GDF Suez, un nombre que cambiaría en 2015 pasando a ser sólo Engie, dos años después de finalizar el acuerdo de accionistas con Suez Environnement, y a finales de 2020 vendió su 29,9% de Suez a Veolia.