Buenas noticias para España desde Italia, en concreto desde la energética Enel. Su CEO, Flavio Cattaneo, sigue contento con la gestión de José Bogas al frente de Endesa, donde es el impuestazo energético lo que lastra resultado e inversión. Como ya dijera hace unos meses, considera que Endesa es un activo “clave”, algo que se ve muy bien tras las desinversiones en Argentina, Perú, Rumanía, Australia, Chile y EEUU. Además, Cattaneo ha cambiado a varios directivos cercanos a su antecesor (Francesco Starace) desde su nombramiento el pasado 12 de mayo y los últimos han sido Elisabetta Ripa, CEO de Enel Way (la filial de movilidad eléctrica), y Francesco Venturini, CEO de Enel X (la filial de soluciones innovadoras para consumidores residenciales, empresas y municipios en la transición energética), mientras Bogas se mantiene en Endesa. 

Cattaneo se ha quedado sin premio bursátil tras los buenos resultados de los nueve primeros meses: la cotización de Enel muestra un ligero color rojo (-0,41%), mientras la de Endesa se mueve en un ligero color verde (+0,19%). A pesar de que la energética italiana ha disparado el beneficio neto, ha aumentado el resultado bruto de explotación (ebitda) y ha elevado sus previsiones, los inversores no han reaccionado con alegría. Quizá el motivo sea que los ingresos han bajado y la deuda neta ha crecido, por lo que continúa siendo elevada.

Bajan los ingresos un 34,1%, a 69.534 millones por: el descenso en todos los negocios, excepto en el de energías renovables (+22,8%), la disminución en el volumen de energía generada, una mayor estabilidad de precios que hace un año y los cambios en el perímetro por las desinversiones

Hasta septiembre, la energética italiana, controlada en un 23,6% por el Estado italiano y dueña del 70% de Endesa, ha visto descender sus ingresos un 34,1%, a 69.534 millones de euros. Esto se explica por: el descenso de los ingresos en todos los negocios, excepto en el de energías renovables (es decir, Enel Green Power, que ha facturado 7.996 millones, un 22,8% más), la disminución en el volumen de energía generada, una mayor estabilidad de precios que hace un año y los cambios en el perímetro por las desinversiones. El mayor desplome de ingresos se ha visto en el negocio de generación convencional y comercialización (-49,9%, a 28.779 millones); al que le ha seguido el de la división minorista (-23,1%, a 37.526 millones); y Enel X, con 1.341 millones (-22%); la división de redes (Enel Grids), con 15.192 millones (-2,4%); y el área de servicios y otros, con 1.602 millones (+0,2%), y unos ajustes de 22.906 millones. Por mercados, Italia ha seguido siendo el primero en ingresos, con 35.044 millones (-46%), e Iberia (España y Portugal), el segundo, con 19.181 millones (-21,9%), seguidos de Hispanoamérica, América del Norte, África, Asia y Oceanía, y el resto de Europa.

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Por su parte, el ebitda de Enel ha crecido un 23,5%, a 15.220 millones; y en términos ordinarios se ha situado en 16.386 millones (+29,3%) por la evolución del negocio integrado, la normalización de los márgenes y la mejora de resultados de Enel Grids. El resultado neto de explotación (ebit) ha aumentado un 62,1%, a 9.835 millones, por  la buena evolución de las operaciones, la reducción de las pérdidas por deterioro y la disminución de las amortizaciones de créditos. El resultado ordinario neto ha subido un 65,2%, a 5.033 millones, gracias a las operaciones ordinarias y al menor impacto de las participaciones no dominantes, que han compensado los mayores gastos financieros por la subida de los tipos de interés y el aumento de la deuda media y la deuda tributaria. Así, el beneficio neto atribuido se ha disparado un 141,9%, a 4.253 millones, teniendo en cuenta también las distintas desinversiones: la venta de activos en Perú a China Southern Power Grid Co, el negocio en Rumanía a la griega PPC, el 50% de la filial verde de Australia a la petrolera japonesa Inpex Corporation, cuatro plantas fotovoltaicas en Chile a Sonnedix y una cartera geotérmica y solar de EEUU a Ormat.

Por último, referir que la deuda neta ha aumentado un 5,2% desde el cierre de 2022, situándose en 63.312 millones, lo que supone una cifra elevada, y la ratio sobre ebitda ha ascendido a 2,6 veces. Esto es para tenerlo en cuenta y parece más importante para los inversores que la mejora de las previsiones de su plan estratégico. Eso sí, habrá que esperar hasta el próximo día 22 para ver conocer la actualización de dicho plan y un día después la del que tiene Endesa.