Endesa nota el impuestazo extraordinario a las energéticas, que lastra el resultado neto en los nueve primeros meses, y cuya prórroga se incluye en el acuerdo entre PSOE y Sumar para formar un Gobierno de coalición. En la conferencia con analistas, el CEO de la energética, José Bogas, se ha vuelto a quejar de dicho tributo, aunque en un tono más suave y sin llegar al nivel de amenaza al Gobierno que ha hecho Repsol: “Es discriminatorio para las eléctricas españolas, ya que disminuye nuestra capacidad de inversión”.

Bogas ha recordado que el impuestazo les ha supuesto un impacto de 208 millones de euros este ejercicio, que es “discriminatorio e injustificado” y “no sigue la legislación y la regulación europea”. Asimismo, ha insistido en que las eléctricas no están teniendo windfall profits (los llamados beneficios caídos del cielo) y que el tributo se debería aplicar sobre el beneficio y no sobre los ingresos. Por ello, seguirán recurriendo ante los tribunales y además, ha referido que habrá que ver “qué significa esa readaptación” de la que hablan PSOE y Sumar.

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El italiano Marco Palermo, director financiero de Endesa / Foto: Pablo Moreno

 

En los nueve primeros meses, el beneficio neto de la energética que controla la italiana Enel en un 70% no ha sido bueno, pues ha caído un 36%, a 1.059 millones de euros, por los menores extraordinarios y el citado impuestazo energético. Sin extraordinarios, el beneficio neto ordinario ha caído un 27,9% por: el descenso del 9,6% en el resultado bruto de explotación (ebitda), hasta 3.353 millones; las mayores amortizaciones y provisiones; los mayores costes financieros por las continuas subidas de los tipos de interés; una mayor tasa fiscal (del 29,5%, que incluye el impuestazo energético); y el impacto positivo no recurrente de una sentencia favorable sobre la financiación del bono social por 152 millones.

En estas cifras, cabe destacar las contribuciones positivas de los negocios de redes (230 millones), renovables (280 millones) y comercialización de energía y servicios (473 millones), mientras que la división de generación convencional ha tenido una aportación negativa (en concreto de -738 millones) por extrema volatilidad en los mercados de gas. Por su parte, los ingresos han bajado un 22%, hasta los 19.211 millones, debido a los menores precios energéticos, la menor producción (-6,8%), así como los descensos en ventas netas de electricidad (-1%) y de gas (-1,56%). Eso sí, Endesa, no como Iberdrola, ha logrado un ligero aumento en clientes de gas (+1%, a 1,817 millones), mientras los de electricidad se han mantenido bastante estables (-0,3%, a 10,512 millones).

Los ingresos bajan un 22%, hasta los 19.211 millones, debido a los menores precios energéticos, la menor producción (-6,8%), así como los descensos en ventas netas de electricidad (-1%) y de gas (-1,56%)

La energética que está controlada por Enel ha incrementado sus inversiones un 2%, a 1.509 millones hasta septiembre. El 40% de la cifra se ha destinado al negocio de redes y un 36% a las renovables, los dos pilares de la estrategia de transición energética. Eso sí, la deuda financiera neta ha crecido un 6%, hasta 11.551 millones, por dichas inversiones y el pago de dividendos; y el ratio de deuda sobre ebitda ha pasado de 2 a 2,2 veces.

Los inversores no han aplaudido ni las cifras ni las declaraciones de Bogas sobre el descenso de la capacidad de inversión que les provoca el impuestazo: la cotización desciende un 0,31%. 

Y por último, un aspecto positivo: el italiano Flavio Cattaneo, CEO de Enel y vicepresidente de Endesa, mantiene su confianza en José Bogas como primer ejecutivo de Endesa. 

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