Ence ve algo de luz, pues el Tribunal Supremo (TS) ha admitido a trámite su recurso de casación (presentado junto a otras entidades) contra una sentencia de la Audiencia Nacional (AN) que anulaba la prórroga de la planta de Pontevedra. Un primer paso que la bolsa ha celebrado (la cotización ha subido más de un 5%, aunque después ha rebajado un poco el entusiasmo), pues dicha sentencia afectaba al procedimiento iniciado a instancia de Greenpeace España, y podría darse algo parecido con los recursos sobre los procesos que empezaron el Ayuntamiento de Pontevedra y la Asociación por la Defensa de Ría de Pontevedra. Claro que Ence está preparada: tiene 200 millones de euros en provisiones por las sentencias de la AN.

La compañía líder europea en producción de celulosa y primera española en producir energía renovable con biomasa agrícola y forestal ha señalado que habría ganado 10 millones en 2021 de no ser por las citadas provisiones, y pese a fuertes liquidaciones negativas por coberturas contratadas en 2020 por el Covid (106 millones). De hecho, ha septuplicado pérdidas, situándolas en 190 millones, frente a las de 26,4 millones del año anterior, pero son ligeramente inferiores a las que acumulaba hasta el tercer trimestre de 2021 (-192 millones)

Los ingresos se han elevado un 15,8%, a 819,7 millones: el negocio de celulosa ha aportado 667,6 millones (+32,3%), mientras el de energía renovable ha facturado 154,9 millones (-24,8%) y es el motivo de que la deuda neta sea de 102 millones

A pesar de lo anterior y de que el principal ‘dolor’ que enfrenta Ence es el tema judicial que afecta a la prórroga de la biofábrica pontevedresa hasta 2073, la cual le otorgó el Gobierno de Mariano Rajoy en enero de 2016, ha logrado fuertes incrementos en otras magnitudes importantes de la cuenta de resultados en 2021. En concreto, el Ebitda se ha disparado un 45%, a 106,8 millones. Por su parte, los ingresos se han elevado un 15,8%, a 819,7 millones: el negocio de celulosa ha aportado 667,6 millones (+32,3%), mientras el de energía renovable ha facturado 154,9 millones (-24,8%).

Ence ha generado un flujo de caja libre de 76 millones, que le ha permitido reducir la deuda financiera neta a 101,7 millones, la cual se debe en su totalidad al negocio de energía renovable, mientras el de celulosa está saneado. En concreto, el de energía tiene un apalancamiento de 121,2 millones (-9,9%) y el de celulosa ha eliminado su deuda de 2020 y ha logrado una tesorería de 19,5 millones. 

Ence destinó 2,109 millones a las remuneraciones de los consejeros, entre los que destacan: el presidente y CEO, Ignacio de Colmenares, con 673.000 euros; y los tres hijos de Juan Luis Arregui, el principal accionista: Javier, Óscar y Gorka Arregui Abendivar

Paralelamente, Ence ha informado de una nueva política de remuneraciones a los accionistas para ligar el resultado económico al dividendo, pasando a depender de la generación de caja y de un nivel de deuda prudente. Por ello, no prevé proponer a la Junta un dividendo complementario correspondiente a 2021 y cuando presente los resultados del primer trimestre, señalará si abona el primer dividendo a cuenta de las cifras de 2022.

Asimismo, se han conocido las remuneraciones de los consejeros en 2021, que en total han ascendido a 2,109 millones. Destacan las del presidente y CEO, Ignacio de Colmenares, que ha cobrado 673.000 euros y recuerden que sumó la presidencia en mayo de 2019 cuando Juan Luis Arregui Ciarsolo decidió jubilarse y pasar a presidente de honor. Eso sí, Arregui continúa siendo el principal accionista de Ence al controlar un 29,443% del capital: en concreto, un 0,203% de forma directa y un 29,240% a través de la sociedad Retos Operativos XXI. Además, en el Consejo se sientan sus tres hijos como consejeros dominicales: Javier, Óscar y Gorka Arregui Abendivar, que han cobrado 80.000 euros, 104.000 y 86.000, respectivamente, en 2021.