Juan Luis Arregui, el que fuera fundador de Gamesa y consejero de Iberdrola hasta 2010 (no obstante, es gran amigo del presidente de la eléctrica, Ignacio Sánchez Galán), decidió jubilarse a los 76 años como presidente de Ence, dando el relevo al CEO y vicepresidente, Ignacio Colmenares. Pero ¿era el mejor momento? Recuerden que la compañía está en plena crisis.

Eso sí, Arregui seguirá siendo el dueño del 29% del líder europeo en producción de celulosa de eucalipto y primera empresa española en producción de energía renovable con biomasa agrícola y forestal. Además, tendrá silla en el Consejo y en la Comisión Ejecutiva, así que parece que la jubilación es sólo quitarse de la primera línea.

Eso sí, Arregui seguirá teniendo silla en el Consejo de Administración y en la Comisión Ejecutiva como principal accionista que es 

Ence se ha depreciado casi un 40% en bolsa desde sus máximos de febrero, lo que va de año, lo que no le ha permitido celebrar su vuelta al Ibex, siendo el peor valor del selectivo español. Los malos resultados trimestrales (ganó 17,3 millones de euros, un 42% menos, por el tipo de cambio y mayores inventarios de cara a la parada técnica de la biofábrica de Navia para subir la capacidad en 80.000 toneladas) no han sido de ayuda: estos días, la acción ha tenido caídas de entre el 6% y el 4%.

Y a esto se une la incertidumbre por el lío de su biofábrica de Pontevedra, su otra planta papelera junto a la de Navia, que está en manos de la Audiencia Nacional (AN): “hasta final de año no se espera su dictamen y será un largo proceso judicial” (entre dos y seis años). El PSOE desistió de defender en la AN la concesión extraordinaria otorgada por el PP para que la planta siguiera 60 años más al borde de la ría de Pontevedra, por lo que Greenpeace, el Ayuntamiento de Pontevedra y la Asociación pola defensa da Ría tienen todas las de ganar en su demanda para que se anulara dicha concesión. Esta es la razón de que Ence ahora centre sus inversiones en Navia (Asturias) ante la “inseguridad jurídica”.