Sánchez, en su visita a la fábrica de Renault en Valladolid el pasado 22 de octubre
El cachondeo que se trae Pedro Sánchez, tanto en el Gobierno como en el PSOE, con el diésel no es normal y ojo, porque no hace ninguna gracia al sector automovilístico, que emplea a más de dos millones de personas en España. Y es que como saben, al presidente le gusta rectificar: primero habló de prohibirlo, luego no, después sí y más tarde no… seguro que la historia continuará.
Todo empezó cuando a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se le ocurrió la brillante idea de decir que “el diésel tiene los días contados”. Tras esto, le tocó a la titular de Industria, Reyes Maroto, salir a calmar las aguas y dialogar con los fabricantes, quienes consideran que el diésel tiene recorrido, pues el gran problema es que España tiene el parque automovilístico más antiguo de Europa (12,8 años de media). Es decir, los coches nuevos de diésel y gasolina, que siguen siendo los mayoritarios (en la Unión Europea representan el 90,8% de las matriculaciones) pese a la entrada de alternativos -eléctricos e híbridos-, contaminan un 70% menos que los antiguos, que son los que lideran en emisiones.
Los coches antiguos contaminan mucho más que los nuevos de diésel y gasolina, que representan el 90,8% de las matriculaciones europeas
Parece que en los últimos meses, las aguas habían vuelto a su cauce, e incluso la ministra Maroto decía que el diésel no se iba a prohibir, pero esta semana todo ha vuelto a saltar por los aires y ha provocado otra rectificación más de Sánchez. En la Propuesta Abierta para un Programa Común Progresista del PSOE que se presentó el pasado miércoles, se incluyó la prohibición de motores de combustión en vehículos nuevos para 2040. Claro que poco después, se corrigió la prohibición por una reducción paulatina de emisiones para que “no más tarde del año 2040” sean vehículos de cero gramos de CO2 por kilómetro, como se puede ver en la medida número 256.
Parece que Sánchez no tuvo en cuenta lo que está diciendo la Unión Europea: recientemente, la comisaria europea de Industria y Mercado Interior, la polaca Elzbieta Bienkowska, ha recordado que los países pueden restringir el acceso de coches de combustión a los centros urbanos, pero no vetar su matriculación. Claro que la ministra Maroto ha señalado que "nunca hemos hablado de prohibición" y ha explicado la corrección en la Propuesta como un "error" debido a que se publicó una versión que no era la definitiva... Una vez más, la titular de Industria ha tenido que salir para mandar un mensaje de tranquilidad.
Desde la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) han valorado positivamente la modificación de la medida 256. Asimismo, confían en que la eliminación de prohibiciones para vehículos de combustión en 2040 aporte certidumbre a un mercado que encadena casi un año de caídas de ventas debido a las dudas de los ciudadanos (en agosto, se han desplomado un 31%) sobre qué coche comprar y cuál seá la movilidad del futuro.
La ministra Maroto sale, una vez más, para dar un mensaje de tranquilidad: "Nosotros nunca hemos hablado de prohibición"...
El juez rechaza el recurso de Fridman y deberá declarar el 7 de octubre por la quiebra de Zed, mientras DIA ya no venderá Clarel
El titular del Juzgado Central de Instrucción 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, ha rechazado el recurso del magnate ruso Mikhail Fridman, dueño del 70% del capital de DIA, quien deberá declarar el 7 de octubre por la quiebra de Zed Worldwide. Fridman está citado como investigado por presuntos delitos de insolvencia punible, corrupción privada entre personas jurídicas, maquinación para alterar el precio de las cosas y administración desleal en la quiebra de Zed.
Desde que Fridman llegó a DIA (el 28 de julio de 2017), la acción ha pasado de 6 euros a 0,48: se ha depreciado un 92%
El juez García Castellón tomó la decisión de imputar al magnate ruso hace casi un mas, días después de la petición que le hizo la Fiscalía Anticorrupción. Y ojo, porque lo que ocurra podría no ser baladí para DIA, pues desde que Fridman llegó la compañía (el 28 de julio de 2017), la acción ha pasado de 6 euros a 0,478 euros (estando ya incluso por debajo del precio de la OPA -0,67 euros-), lo que supone una depreciación del 92%.
Paralelamente, la cadena de supermercados ha rectificado y ya no va a vender Clarel será una unidad de negocio independiente, con su propio CEO, Paul Berg. Esta enseña dedicada al cuidado personal y del hogar tiene casi 1.300 tiendas en España y Portugal fue puesta a la venta por el anterior Consejo de Administración de DIA, pero el nuevo (que estará bien remunerado... sobre todo, el CEO, Karl-Heinz Holland, que se llevará 3 millones de euros anuales, como Ana Botín por presidir el Banco Santander) ha cambiado de idea, en parte, porque con las nuevas líneas de financiación y la futura ampliación de capital de 600 millones de euros, las necesidades financieras del grupo están cubiertas a medio y largo plazo, según ha señalado la compañía a Europa Press.