Técnicos de la Comisión Europea, acompañados por técnicos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), han registrado la sede de Glovo en Barcelona y de su matriz en Berlín, la alemana Delivery Hero. Se trata del segundo registro de este tipo a raiz de la investigación que la Comisión está realizando sobre supuestas prácticas anticompetitivas en el sector de reparto de comida a domicilio. 

"El alcance de la investigación, que inicialmente incluía presuntas asignaciones de mercado, se ha ampliado ahora para cubrir conductas adicionales en forma de presuntos acuerdos de no contratación y el intercambio de información comercialmente sensible. Las inspecciones no anunciadas son un paso preliminar hacia la investigación de prácticas anticompetitivas sospechosas. El hecho de que la Comisión realice tales inspecciones no significa que las empresas sean culpables de comportamiento anticompetitivo, ni prejuzga el resultado de la investigación en sí misma", ha afimado la Comisión en un comunicado.

Algo que nadie se podía esperar cuando la CNMC, de manera extremadamente sucinta, justificaba la viabilidad de la operación de adquisición de Glovo por parte de Delivery Hero. El organismo dio luz verde a la operación sin ningún tipo de condición, sin encontrar ningún óbice para la viabilidad de la operación desde el plano de la competencia, y a pesar de que en la práctica la operación supusiera la colonización empresarial de la empresa española y la posible monopolización del mercado.