Acaban de cumplirse dos años desde el nombramiento de Margherita Della Valle como consejera delegada de Vodafone Group. Della Valle sustituía a Nick Read, que dejó el cargo a finales de 2022 por los malos resultados obtenidos por la compañía. Ahora, hace un par de días, la 'teleco' británica publicaba cuentas de su ejercicio fiscal, cerrado a marzo de este año, sobre las que ha golpeado el mal desempeño del negocio en Alemania, principal mercado de la operadora afectado por la debilidad de su economía, con ingresos que han caído un 5%, y donde, dicen los expertos de marketscreener, ha perdido una de sus ‘vacas gordas’: la televisión por cable.
El cambio en la legislación alemana, que prohíbe la venta de servicios de esta modalidad de televisión ‘al por mayor’, destinados viviendas particulares, ha afectado al a compañía.
Della Valle sustituía a Nick Read, que dejó el cargo a finales de 2022, por los malos resultados obtenidos por la compañía
Vodafone precisa que no ha dejado de operar en el sector, pero que el nuevo escenario regulatorio ha hecho mella en sus resultados con un impacto negativo “extraordinario” de 4.500 millones de euros, lo que ha supuesto pérdidas netas de 3.746 millones frente al beneficio de 1.505 millones del año fiscal anterior.
Eso sí, los ingresos han crecido un 1,9% hasta los 37.448 millones de euros. Ingresos que se distribuyen geográficamente de la siguiente manera: Alemania (35,1%), Reino Unido (18,5%), Europa (14%)
Los números penalizaron, aunque no en exceso, la cotización de Vodafone lo que no ha impedido que sus títulos se coloquen en máximos del año, y en máximos de los últimos doce meses. Es decir, en las 78,30 libras.
“El mercado empieza a reconocer el trabajo que está haciendo Della Valle al frente de la operadora”, señalan los analistas consultados. “Hay que recordar que, cuando se produjo el cese del anterior consejero, a finales de 2022, Vodafone venía de cerrar un pésimo semestre fiscal, con la rentabilidad en mínimos, con caídas en el beneficio operativo y malas perspectivas para el flujo de caja lo que provocó el desplome de su cotización en más de un 25% para despedir 2022”.
“En estos dos años”, explican los analistas de marketscreener, “Vodafone ha podido, además, amortizar su deuda lo que le permite situar sus ratios de solvencia en niveles comparables a los de Orange o, en cualquier caso, mejores que los de sus competidores, British Telecom o Telefónica”.
En 22.400 millones de euros se sitúa el pasivo a 31 de marzo, frente a los 33.242 millones del anterior periodo fiscal, “fruto del proceso de reestructuración y de la rotación de activos emprendido por la operadora”. Hablamos de la venta de Vodafone España, por 5.000 millones de euros, de Vodafone Italia, por 7.900 millones de euros, y de un 10% de participación en Oak Holdings por 1.300.
Vodafone ha publicado las cuentas de su ejercicio fiscal, sobre las que golpea Alemania, principal mercado de la operadora afectado por la debilidad de su economía, con ingresos que han caído un 5%, y donde ha perdido una de sus ‘vacas gordas’: la televisión por cable
Fue ahora hace justamente un año cuando el fondo británico Zegona cerraba la compra de Vodafone en España por 5.000 millones de euros. Y como todo fondo de capital riesgo que se precie, Zegona, a los dos meses de la operación, empezó a soltar lastre lo que se tradujo en la presentación de un Ere para el 36% de la plantilla.
Antes, en 2015, se produjo el primer ajuste con el despido de más de 1.000 empleados tras la absorción de ONO, ajuste al que siguieron una serie de expedientes de regulación de empleo que han reducido en dos tercios el número de trabajadores de la operadora.
No ha sido hasta finales de 2024, cuando Vodafone España lograba aumentar los ingresos, tras una dura travesía en el desierto, que todavía no ha terminado.
Lo último, las especulaciones sobre el interés que podría tener Telefónica en Vodafone España, después de lo dicho recientemente por Marc Murtra acerca de que, la consolidación del sector europeo debe pasar antes por “la consolidación del mercado nacional”.
Y es precisamente lo que está haciendo Vodafone en el mercado británico al anunciar la fusión con Three UK, una operación que espera se culmine en apenas unos meses.
La cotización de Vodafone se sitúa en máximos del año, y en máximos de los últimos doce meses. Es decir, en las 78,30 libras
“El caso de Vodafone y su integración con Three es significativo porque, para obtener el visto bueno de los organismos de competencia británicos, ha comprometido, entre otras cosas, más 13.000 millones de euros de inversión en la modernización de las redes”.
Vodafone y, especialmente los gigantes del sector deben invertir en redes, pero una feroz competencia no les permite rentabilizar esa inversión.
“Estamos ante un sector, el de las telecos, (y las incumbentes, los antiguos monopolios, en particular, Orange, Telefónica, Deutsche Telekom, incluso Vodafone), que tiene, en general, un problema fundamental, porque son las responsables de invertir en infraestructuras. Además, y por asuntos de competencia, la Unión Europea les obliga a abrir su red a terceros que luego les comen el terreno vendiendo servicios a derribo, servicios low cost”, explica Ignacio Cantos, socio director de atl Capital.
Respecto a la fusiones europeas...complicado, teniendo en cuenta que, muchas compañías tienen participación directa del Estado, como le ocurre, por ejemplo Telefónica, a Deutsche Telekom, en la que el Estado alemán posee alrededor del 30%, y a Orange, donde el porcentaje que controla el Estado francés ronda el 20-25%.