Miguel Stilwell es presidente y consejero delegado de EDP y de su filial verde, EDPR; ambas compañías tienen como primer accionista a los chinos de CTG y contribuyen a aumentar su fortuna
Los chinos se siguen forrando, tristemente, en la Península Ibérica. Y es que Energias de Portugal (EDP) ha aumentado su beneficio neto un 43% en el primer semestre al recuperar la producción hidroeléctrica en su país (+68%), pese a unos costes extraordinarios en una central térmica en Brasil y el freno de su filial verde (EDP Renovables, EDPR), que en otras ocasiones se solía considerar su joya de la corona.
Recuerden que la energética portuguesa tiene como primer accionista a China Three Gorges (CTG), con una participación del 20,86%, y le siguen a bastante distancia varios fondos de inversión (Oppidum, BlackRock, CPPIB y Norges Bank). EDP, a su vez, controla el 71,27% de EDPR, donde también está el fondo soberano de Singapur (GIC), con una participación del 4,25%.
EDP eleva ebitda, pese al impacto negativo del segmento eólico y solar, de la reducción de precios de electricidad en el mercado mayorista y del aumento de impuestos en algunos países europeos (por ejemplo, en España con el impuestazo energético)
En el primer semestre, EDP también ha logrado mejorar el resultado bruto de explotación (ebitda), es decir, ha generado más recursos, lo que demuestra una buena gestión por parte del equipo que dirige Miguel Stilwell como presidente y CEO, aunque en menor nivel que en el primer trimestre. En concreto, el ebitda ha crecido un 23%, a 2.454 millones, gracias a la mayor producción hidroeléctrica y a la normalización de abastecimiento de electricidad y gas. Todo ello, pese al impacto negativo del segmento eólico (por ejemplo, por los niveles mínimos históricos en la región central de EEUU) y solar, así como al de la reducción de los precios de electricidad en el mercado mayorista y del aumento de impuestos en algunos países europeos (por ejemplo, en España con el impuestazo energético), así como la ausencia de ganancias con la rotación de activos renovables, que en 2023 se concentrarán en el segundo semestre.
Los ingresos de EDP han descendido en el primer semestre frente a los de hace un año, pasando de 10.167 millones a 8.245 millones, y en gran parte se debe al negocio de renovables y clientes. En los menores ingresos también ha influido la menor producción de electricidad (-7%), pese a que la capacidad instalada ha ascendido un 5%, a 26.694 megavatios (MW), y de la que el 80 % son renovables. Eso sí, la deuda líquida ha subido un 16%, a 15.319 millones, por la aceleración de la inversión en renovables y redes de electricidad, el pago del dividendo anual y la evolución del fondo de maniobra. Además, recientemente la energética portuguesa ha lanzado una opa sobre su filial en Brasil, que tendrá un impacto positivo en su resultado de cerca de 90 millones en 2023 y de 120 millones en el periodo 2024-2026, algo superior al previsto en su plan estratégico.
La deuda neta de EDPR aumentó a 5.700 millones, por las mayores inversiones (2.300 millones) que sólo pudo compensar en parte con la ampliación de capital
Y en paralelo, su filial verde, EDPR, sí que ha tenido freno en el primer semestre, algo de lo que se libró en los tres primeros meses: su beneficio neto se ha hundido un 70%, a 80 millones, por la menor producción y los mayores gastos. El ebitda ha bajado un 23%, a 754 millones, por la menor producción y el menor precio de venta (-8%), así como por los 41 millones de otros gastos relaciones con retrasos de proyectos en EEUU y Colombia. Aquí, su presidente y CEO, Miguel Stilwell, que es el mismo que en la matriz, no ha podido generar recursos, eso sí, la filial renovable prefiere destacar que el ebitda recurrente se ha situado en 764 millones (-13%) y excluye las ganancias por rotación de activos del ejercicio anterior que se contabilizarán en el segundo semestre. Por su parte, los ingresos de EDPR han descendido un 1%, a 1.225 millones, a pesar de que la capacidad instalada aumentó un 10%, a 15.200 MW.
Y ojo, los resultados financieros globales se vieron penalizados por la débil generación eólica en EEUU debido al fenómeno meteorológico de ‘El Niño’ y otros impactos negativos no recurrentes. Además, la deuda neta de EDPR aumentó a 5.700 millones, por las mayores inversiones (2.300 millones) que sólo pudo compensar en parte con la ampliación de capital. Además, acaba de anunciar la compra de la británica Tupa Energy para dar lugar a su primer proyecto autónomo de almacenamiento de energía en baterías en Europa y que desarrollará en Kent (Reino Unido).
Por cierto, a los inversores no les han hecho demasiada gracia ni los números de EDP ni los de su filial verde: sus respectivas cotizaciones bajaban un 1,2% a tres horas del cierre de sesión.