La CNMV ha concluido -viernes 23- que SEPI, SAPA y Amber “cooperaron” para cesar a los consejeros independientes de INDRA que mantenían discrepancias en materia de gobernanza con el presidente quien, según la extensa investigación, tuvo una participación activa en los ceses.

Ahora bien, no existió una acción concertada para el control de la gestión de la compañía, según la CNMV, es decir, reconoce que sí hubo cooperación, pero salva de la quema a los protagonistas concluyendo que no hubo acción concertada, algo que todo el mundo sabe que sí existió.

No se lo tomen a mal. El supervisor de los mercados que dirige Rodrigo Buenaventura se tomó el asunto muy en serio y le ha costado mucho trabajo llegar a esta conclusión. De hecho, la investigación comenzó el mismo día 23 de junio, tras la junta de accionistas de INDRA que acordó el cese de cuatro consejeros independientes. Se han remitido catorce requerimientos de información, se han revisado más de 4.000 páginas de diversos documentos societarios y se ha tomado declaración a 17 personas por un total de treinta horas aproximadamente, según la propia CNMV.

Una investigación profunda y minuciosa que, sin embargo, no ha dado con la esencia del problema: Josep Oughourlian (presidente de PRISA y máximo accionista con el 29,5%, y poseedor del 5% de INDRA) tiene que ganar en esta última compañía lo que está perdiendo en PRISA.

¿Que hubo cooperación pero no acción concertada? Pues da un poco lo mismo -todo el mundo sabe que hubo ambas-, porque lo importante es que Oughourlian, que está haciendo un servicio importantísimo para la patria -mantener vivos a El País y la SER- no solo no pierda dinero, sino que se marche con los bolsillos llenos.